sábado, 31 de diciembre de 2016

Oración de Nochevieja

Oracion

"Aquí estamos, Señor"

Oración de Nochevieja

"Nos ponemos en tus manos"

Jesús Mauleón, 30 de diciembre de 2016 a las 22:30
(Jesús Mauleón).- Aquí estamos, Señor, como en vilo entre un año que viene y otro que se va, temblando y sacudidos por este implacable vendaval del tiempo que huye.
En los primeros instantes de 2017 acudimos a ti, que estás por encima del tiempo. Nos refugiamos en ti, que eres Padre de todo y de todos y vives desde siempre y para siempre, ajeno a la vejez, libre de cualquier sobresalto de nocheviejas y calendarios.
Pero a la vez, Señor estamos ciertos de que este tiempo fugitivo y provisional que nos das es, a su manera, moneda preciosa y adelanto de eternidad regalada.
Gracias, Señor, porque el 2016 nos ha dado la oportunidad de irnos comprando -bien barata, gratuita- tu eternidad y tu gloria.
Desde que en esta vida nuestra, tan precaria y en marcha, tu Hijo se hizo tiempo y acampó entre nosotros, nos crece y se nos aviva la esperanza, la indecible nostalgia de ser y de ser sin final...
Perdón, Señor por nuestros fallos, por nuestra pobreza en el año que acaba. Perdón por todos las trabas que hemos puesto a tu Reino que "no tendrá fin".
Al comenzar el año, nos sale al paso la incertidumbre del futuro. Podemos sentir la curiosidad y aun la inquietud de quienes no somos dueños de nuestro propio destino. Lo ponemos en tus manos, completamente seguros de acogernos al único seguro.
Tuyo es nuestro Año Nuevo. Tuyos son, Señor, todos los hermanos que sufren entre nosotros, en tu Iglesia, en el mundo entero. Tuyas son las víctimas de la guerra, del terrorismo, del hambre, de todas las miserias que los hombres hemos amontonado en este mundo que pide a gritos la limpieza, la justicia y la paz.
Tuya es nuestra familia, nuestra salud, nuestro mínimo bienestar. Tuya nuestra lucha por la vida. Tuyo nuestro amor a la verdad, a la justicia, nuestro respeto a la vida.
Tuya también nuestra pobreza, nuestra escasa capacidad, nuestros miedos, nuestra falta de fuerzas.
Tuyos nosotros para este año y para siempre.
Amén.
(De Cien oraciones para la familia, Madrid, San Pablo, 1995).
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domingo, 4 de diciembre de 2016

El rescate de lo femenino | Leonardo Boff

EL RESCATE DE LO FEMENINO DE LEONARDO BOFF

El rescate del principio femenino
Por Leonardo Boff

El poder es una de las características fundamentales de lo masculino en el hombre como en la mujer. El poder como dominación es una patología. Por esto, nuestra civilización, estigmatizada por la dominación en casi todas las áreas, produce una aumento de lo masculino, del patriarcado y del machismo. Son productos de éste: el tipo de ciencia que hacemos y el tipo de desarrollo que sustentamos. Ambos son reduccionistas, fragmentarios y excluyentes de la naturaleza y de la mujer. De esta forma, el “poder-dominación” no solo deshumanizó a los hombres, sino también a las mujeres. Los hombres acentuarton su dimensión de “ánima” y no permitieron que las mujeres realizaran su dimension de “animus”.

En razón de este equívoco, queda claro que la cuestión de lo masculino, en nuestros días, reside en lo femenino negado, reprimido o no integrado. Para ser plenamente humano, el hombre precisa reanimar en él su lado femenino y reeducar su lado masculino. Solo entonces podran ambos, hombres y mujeres, mantener relaciones civilizatorias, humanitárias y realizadoras del misterio humano femenino-masculino.

La gran tarea civilizatoria, tal vez sea la mas urgente en los dias que corren, consiste en el rescate del principio femenino. Llamo la atención con el hecho de que no hablo de una categoría femenino/masculino, sino del principio femenino/masculino. Me aparto decididamente de la ideología de género, sexísta, basada en el sexo biológico, que construye social y culturalmente las categorías de lo masculino y de lo femenino de forma dual (opuesta) y excluyente. Esta ideología atribuye los roles, los valores y antivalores: la creatividad, la actividad y la violencia como masculinos; y la pasividad, la receptividad y la no-violencia a lo femenino.

Debemos superar esta visión excluyente y entender la sexualidad en un nivel ontológico, no como algo que el ser humano posee, sino como algo que él es. Lo masculino, no solo se refiere al hombre, sino también a la mujer. Lo femenino no se concreta solo en la mujer, sino también en el hombre. Este femenino representa el principio de la vida, de la cretividad, de la receptividad, de la ternura, de la interioridad y de la espiritualidad EN el hombre y EN la mujer. Por lo tanto, se trata de un principio inclusivo y escencial que entra dentro de la constitución de la realidad humana.

La recuperación del principio femenino permite, genera, un proceso de liberación mas integral y verdaderamente inclusivo, pues parte de lo femenio oprimido. El oprimido tiene un privilégio histórico y epistemiológico por el hecho de poseer una percepción mayor que incluye al opresor en tanto que humano. El opresor, excluye al oprimido, pues lo considera una cosa o un ser humano menor, subordinado y dependiente. La liberación debe comenzar por el oprimido para terminar con el opresor. Solo entonces ambos se encontraran en el mismo plano, como humanos, construyendo juntos, en la igualdad y en la diferencia, la sociedad y la historia.

El rescate del principio femenino junto al del masculino propicia una nueva integridad a la humanidad, al trascender las distorciones en la relación hombre-mujer y al superar al sexo biológico de pertenencia. Significa no solamente la liberación de los humanos, especialemente de la mujer, sino también de la naturaleza y de las culturas no estructuradas sobre el eje de poder-dominación, equparadas a lo débil-frágil y por lo tanto a lo femenino cultural.

La inclusión del pricipio femenino obligará a toda la cultura masculinizante a cuestionar su paradigma fundacional, que radica en su poder de dominación, hoy vastamente en crisis. El pensamiento de la crisis, en el interior del mismo paradígma no puede aportar soluciones. El veneno que mata no puede ser el remédio que cura. Los únicos que pueden ofrecer algo alternativo y terapéutico son aquellos que eran vistos como incapaces de pensar, por no ser suficientemente racionales y productivos. Los que pretendían traer la luz (los iluministas) nos condujeron a las “oscuridades” actuales. Los que se proponían difundir la razón, la ciencia y la técnica por todas partes nos están conduciendo a lo peor, la destrucción y la desaparición.

El pricipio femenino es sanador y liberador, pues se mueve en otro paradigma y opera con otra lógica. Su paradigma básico es la vida y no el poder; el respeto y la veneración por la vida y no la agresión y la dominación. La lógica de la vida no es la reducción y el aislamiento, arrancando a los seres de su medio real y analizándolos en y por si mismos o manipulando células, genes y microorganísmos fuera de su ecosistema. La lógica de la vida es la complejidad, es la red de interacciones en todas las direcciones y en todos los lados, es la sinérgia y la “pan-relacionalidad”.

Lo femenino consiste en la capacidad de vivir lo complejo, de elaborar síntesis, de cultivar el estancamiento del universo, de cuidar de la vida, de venerar el mistério del mundo, de elaborar un desarrollo con la naturaleza y no contra ella, de alimentar el “esprit de la finesse” (la sofisticación) para balancear el “esprit de geométrie” (el de la geometría/racionalidad)

Lo femenino –porque obedece a la lógica de lo complejo y porque es, naturalmente, inclusivo- representa el único camino para la humanidad, para un planeta sustentable y para la convivencia pacífica y solidaria entre el Norte y el Sur.

La introducción del principio femenino representa un desafío al paradigma machista, cuyo desarrollo y prácticas técnico-científicas implicó el dominio, la destrucción, la violencia, la expropiación y la marginalización de la mujer y de la Naturaleza, hoy consideradas supérfluas. El principio femenino propicia una economía política de la vida, devuelve la importancia a la Naturaleza, rescata el sentido de la Tierra como “Gran Madre”, super-organismo vivo, Gaia y Pachamama. Él se reforzó con todos los proceso sinérgicos que respetan la diversidad y que busan en ella convergéncias que nos interesan a todos, el bien común y sociocósmico.

El hombre que evoca en si mismo, e integra su dimensión de alma, incorpóra junto a su vigor, su ternura; junto a su trabajo, la gratuidad; junto a la razón, la emoción; junto al “logos”, el “pathos” y el “eros”. El aparece mas humano, relacional y liberado de las redes que lo des-humanizaban y des-humanizan a la mujer y a la Naturaleza. Ahora, diversos y unidos, pueden construir al ser humano de forma mas dialéctica, tensa, dinámica, abierta a nuevas y sorprendentes síntesis.

DEL MURO DE UN AMIGO 

POR DONDE ME CONECTO CON LA TIERRA EN LA CIUDAD  EL LAGO DE PALERMO
POR DONDE ME CONECTO CON LA TIERRA EN LA CIUDAD EL LAGO DE PALERMO

viernes, 2 de diciembre de 2016

Violentada por el estado [Aleida]

Violentada por el estado

Publicado: 01 Diciembre 2016

"Nunca imaginé formar parte de las estadísticas de violencia contra la mujer", comenta Aleida Quintana Ordaz, defensora de Derechos Humanos en el estado de Querétaro. Ella, que alza la voz por los desaparecidos, por las víctimas de trata y por las mujeres asesinadas, vive una situación de violencia por parte de autoridades estatales.

No se asume como víctima y señala que todas las manifestaciones de violencia que vive por parte de las autoridades queretanas, no van a parar su labor, pues a través de eso, se han dado a conocer los casos reales que existen en esos temas. El único motivo por lo que no lo haga será porque alguien le hizo algo.

"Pronto me convertí en esas cifras de violencia contra las mujeres, de represióncontra defensores y defensoras de derechos humanos, y que es algo sumamente violento", comentó.

A veces se mira, dice Aleida, como esas mujeres que viven violencia en casa, "Y veo que vivo violencia en mi propio hogar, Querétaro, como territorio, como un estado en donde desarrollo todas mis actividades; y que en algún momento, el Gobierno es ese agresor, ese hombre que no quiere que hable, que no quiere que salga, que no quiere que trabaje, que no quiere que diga qué es lo que está pasando al interior de este hogar, que me agrede y que incluso esas agresiones quedan impunes completamente como lo podría ser una agresión contra una mujer por parte de su pareja".
Estas condiciones, relata, la invitan a querer huir, a querer salir de su propio hogar, de su propio estado, y eso es a veces a lo único que se puede enfrentar una mujer violentada, a huir, a dejar su patrimonio, dejar todo.

"Lo que vivo es una réplica, tal vez en otro nivel, de la violencia que se puede vivir en un hogar; el agresor aquí tiene múltiples caras, múltiples cargos, en Gobierno", comenta.

Es sumamente contradictorio que ella defienda a las mujeres violentadas, y sea ella misma víctima de violencia por parte del Gobierno estatal queretano.

"No me asumo víctima, soy una mujer sumamente fuerte y creo que es justo lo que teme cualquier agresor. Siento que ejercen este tipo de violencia contra mí porque quieren callarme a través del miedo", comentó.

En 2013, Aleida, empieza a ser amenazada de muerte, de desaparición, de abuso sexual, por parte de servidores públicos. A estos se suma vigilancia constante en su domicilio y centros de trabajo, así como en la calle donde la seguía un hombre que la fotografiaba. También hay llamadas telefónicas de amenaza en donde le dicen que la están vigilando, que iba a ir por ella, que la iban a desaparecer y asesinar.

En 2015 denuncia públicamente ante las autoridades a servidores públicos por el delito de amenaza y lo que resulte; también pone una queja ante Derechos Humanos. Un mes después, se emprende una campaña de desprestigio en su contra, y desde entonces las agresiones no paran.

Jéssica Ignot/EL MUNDO DE ORIZABA

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lunes, 28 de noviembre de 2016

Pedro Ribeiro de Oliveira: 'Francisco está dando a las bases la idea de que otro catolicismo es posible'


Pedro Ribeiro de Oliveira: "Francisco está dando a las bases la idea de que otro catolicismo es posible"

"Después de Francisco no será posible un Papa al estilo de Juan Pablo II, centralizador"

Luis Miguel Modino, 27 de noviembre de 2016 a las 22:38

Francisco está creando en las bases de la Iglesia una sensación de alegría de ser católico, pues en los otros pontificados se asumía el ser católico casi con tristeza
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Vaticano II

(Luis Miguel Modino, corresponsal en Brasil).- Pedro Ribeiro de Oliveira es una de las voces más autorizadas dentro de la sociología brasileña, especialmente cuando ésta se circunscribe a la dimensión socio-religiosa del ser humano. Autor de innumerables estudios en este campo, su capacidad analítica de la realidad le lleva a tener una postura respetada en los ambientes académicos.

En esta entrevista, el sociólogo brasileño, que forma parte de la Coordinación Nacional del Movimiento Fe y Política y es Asesor Continental de las Comunidades Eclesiales de Base, hace un análisis de la realidad latinoamericana y brasileña, mostrando como entiende la actual situación política por la que pasa el gigante sudamericano, a partir del concepto de espiritualidad política. Al mismo tiempo, aborda la dimensión socio-política de la fe, su papel en la Iglesia actual y como el Papa Francisco está influyendo en un nuevo modo de entender el catolicismo.

El Vaticano II y sobretodo el Documento de Medellín llevaron a la Iglesia Latinoamericana a hacer opción por los pobres, a ser voz de los excluidos, de aquellos a quienes Galeano llama "los nadies". ¿Se ha perdido esa dimensión de Iglesia comprometida en América Latina?

Pienso que no podemos decir que se perdió, sino que ese grupo, que nunca fue grande, que siempre fue minoría, ese grupo comprometido con los olvidados tuvo, por varias razones históricas, la hegemonía, pero la perdió. Cuando hablo de hegemonía no digo que tuviesen mayoría, pues nunca fue mayoritario, pero tenían su voz, se hacían oír, y hoy su voz voz fue apagada.

También hubo una disminución del número, de la fuerza, principalmente una pérdida de hegemonía debido al contexto histórico y eclesiástico. No se puede olvidar el proceso de restauración de la identidad de Juan Pablo II y Ratzinger, retornar a una identidad católica anterior al Vaticano II. Se quería que el Vaticano II y Medellín sirviesen apenas para dar una actualización a la misma identidad católica de antes, y eso hizo que esa postura más innovadora, de ese sector de la Iglesia, perdiese su capacidad de repercutir en el conjunto de la Iglesia.

¿Podríamos decir que en aquella época existía una espiritualidad política en la Iglesia Latinoamericana?

Creo que estaba tal vez naciendo y que hoy esa espiritualidad política esté más elaborada que en aquella época. Lo que yo llamo espiritualidad política es una expresión que encontré en un teólogo guatemalteco nacido en España, como él mismo se define, Juan Hernández Pico. Él tiene un libro muy bueno sobre fe y política y hay un capítulo en el que habla de la espiritualidad política, una espiritualidad que nació aquí y con la que fuimos aprendiendo a celebrar y alimentar nuestras luchas con el cristianismo.

La Teología de la Liberación es la justificación intelectual, racional, para esa posición, pero fuimos aprendiendo a celebrar, a alimentar esas luchas. Pienso que hoy, tal vez, sabemos celebrar mejor las luchas que en los años clásicos de la Teología de la Liberación, los años ochenta, setenta.

En aquella época, pensando por ejemplo en las CEBs (Comunidades Eclesiales de Base), se hacían bonitas celebraciones, sin duda, pero tal vez fuese todavía en el esquema de fe y política, como si la fe fuese una cosa y la política otra y ambas se juntan. La espiritualidad política tiene la ventaja de que la política sea una dimensión práctica de la fe.

¿Cómo traer esa espiritualidad política para la vida de la Iglesia, de las comunidades, para el día a día?

Ese es el gran desafío, porque esa espiritualidad presupone la oración, la liturgia, sea oración personal, sea oración en comunidad, y por tanto liturgia.

En el campo de la oración personal no es muy difícil. El Oficio Divino de las Comunidades tiene mucha abertura para esa espiritualidad política. Cuando se reza ese Oficio Divino, aunque sea individualmente, que es algo que hago con frecuencia, nos lleva a vivir nuestra lucha política como una lucha por nuestra fe. Pero cuando se hace la celebración en grupo, aunque sea en pequeños grupos, en comunidades eclesiales de base más avanzadas y maduras en la caminada, tienen dificultad. Muchas veces las celebraciones se transforman en escenificaciones. 

El Movimiento Sin Tierra (MST) usa mucho la expresión mística. Cuando van a comenzar una reunión hacen primero una mística, que es un poco una celebración, una animación para dar ánimo a la gente, que tiene alguna cosa de espiritualidad, pero que le falta una dimensión trascendente, que haga sentir que es el Espíritu de Jesús de Nazaret el que está allí con ellos.

Eso no entra en una mística del MST, ni tiene que entrar. El problema es que en los grupos de cristianos, en encuentros de fe y política, de comunidades, del CEBI, en que esas celebraciones deberían ser realmente celebraciones, se convierten un poco en escenificaciones, en espectáculos tipo mística del MST. Y por eso no se consigue alimentar nuestra espiritualidad.

Esa espiritualidad política nació junto a la Teología de la Liberación, de eso no hay duda. Pero en cuanto la Teología de la Liberación se desarrolló rápidamente, se diversificó, la espiritualidad política todavía está en sus comienzos, pues tiene dificultad de expresarse en la liturgia, en las celebraciones.

El movimiento Fe y Política, ¿podría ser un instrumento que ayudase a profundizar en esa espiritualidad política?

Es lo que yo quiero de ese movimiento. Estoy en la Coordinación Nacional del Movimiento Fe y Política y he insistido mucho en eso, en que en medio de las dificultades en que hoy vivimos, necesitamos una fuerte espiritualidad. La gran institución de la Iglesia no sabe como alimentar esa espiritualidad, sólo sabe alimentar la espiritualidad que nos lleva a la vida eterna.

Tenemos que, no digo inventar, pero sí desarrollar esa espiritualidad. Quien nos ayuda mucho es, por ejemplo, Marcelo Barros, que es un monje benedictino y que es óptimo en liturgia y una persona involucrada en las luchas sociales. Es alguien que en la práctica está desarrollando esa espiritualidad, esa manera de celebrar nuestras luchas políticas, nuestras victorias y derrotas políticas. Creo que el Movimiento Fe y Política tiene esa visión.

¿Ese Movimiento Fe y Política ha calado en la vida de la Iglesia o es un movimiento que está en un segundo plano?

El Movimiento Fe y Política, dado su carácter ecuménico, siempre prefirió existir en los límites eclesiásticos. Cuando fue creado el Centro Nacional de Fe y Política, la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, por sus siglas en portugués) creó el Centro Nacional de Fe y Política Don Helder Cámara. El nombre Fe y Política muestra el parentesco que tiene con el Movimiento. Yo estaba en la creación y gente que estaba allí están en el movimiento, pero es algo diferente.

El Movimiento no puede someterse a la disciplina eclesiástica. Estamos juntos y estamos en comunión, pero no seguimos. El hecho de que el obispo del lugar dé una orientación, esa orientación no vale para el movimiento, pues éste es ecuménico. Cuando estamos en comunión es óptimo, cuando conseguimos ponernos de acuerdo está muy bien, cuando no lo estamos el movimiento sigue su propia orientación, no enfrentándonos con el obispo, pero manteniendo las distancias, haciendo los encuentros en los espacios de universidades, sindicatos, en locales no eclesiásticos.

Como ha señalado, el movimiento Fe y Política ocupa lugares marginales, pudiendo decir que es el mismo ámbito en que se sitúan las Comunidades Eclesiales de Base. ¿Ocupar los mismos lugares lleva a una unidad de acción al Movimiento Fe y Política y a las CEBs?

Ocupan los mismos lugares, pero por razones diferentes. El Movimiento Fe y Política por una opción del movimiento y las CEBs porque no aceptan el centro. Pero, de hecho, si participas en un encuentro de Fe y Política es muy parecido con un encuentro de CEBs, inclusive la temática, la manera de exponer, las opciones políticas.

Tal vez el Movimiento Fe y Política esté más definido hacia la izquierda, en cuanto en las CEBs, en términos políticos, tenemos mayor diversidad. Pero en el espíritu general, alguien de fuera, en un Encuentro Intereclesial de CEBs y un Encuentro Nacional de Fe y Política no va a encontrar muchas diferencias.

Desde el Movimiento Fe y Política, ¿cómo se ve la situación por la que Brasil está pasando actualmente?

El movimiento, en cuanto tal, no toma ninguna postura. Pero, sin duda, si se ve en los grupos y personas que participan... El último encuentro en el mes de abril fue justamente en la semana de la terrible votación de la Moción de Censura en la Cámara, lo que es claro que repercutió en el clima del encuentro. Más de la mitad de los participantes del movimiento son militantes del PT (Partido de los Trabajadores), otra gran mayoría son ex-militantes que optaron por partidos más a la izquierda.

En este momento, el movimiento ve como una pérdida para todos nosotros el fin de la institucionalidad democrática, lo que no hay duda de que es un golpe, un golpe que fue dado y que nosotros lo sentimos como tal, lo que es malo para todos.

No es hora ni momento de hacer una crítica al PT, pues no se puede hacer en el momento en las personas están doloridas, heridas. No se puede decir en este momento que es culpa suya, pero sentimos en el movimiento que necesitamos ver mejor nuestras responsabilidades, hasta de los mismos cristianos dentro de los gobiernos de Lula y Dilma, pues pienso que con cierta facilidad nos dejamos llevar por los éxitos fáciles, como subida del salario mínimo, nuevas universidades, institutos de enseñanza muy buenos, alza del padrón de consumo... y esos éxitos nos hicieron, tal vez, ser poco críticos con los gobiernos Lula y Dilma, que tuvieron enorme responsabilidad en la despolitización del país.

El Papa Francisco ha defendido en diferentes momentos de su pontificado la necesidad de caminar junto a los movimientos sociales. Frente a esa actitud se percibe que en la Iglesia no existe ese mismo interés. Desde ahí, ¿podríamos decir que para dentro de la Iglesia, Francisco es una figura decorativa?

Decorativa, no. Para dentro de la Iglesia es una figura importante. Sin duda él está poniendo en jaque antiguas convicciones. Después de Francisco no será posible un Papa al estilo de Juan Pablo II, centralizador, que define todo. Francisco paró esa convicción de que el Papa es infalible, tiene que ser respetado siempre, porque él no está siendo respetado por sus propios auxiliares. Si eso es válido contra Francisco, valdría contra los Papas.

Él está cuestionando aquella figura del Papa que nos fue legada por Pío IX, de un Papa centralizador. Entonces no es decorativo, él está poniendo en cuestión el Papado. Además de eso, pienso que está creando en las bases de la Iglesia una sensación de alegría de ser católico, pues en los otros pontificados se asumía el ser católico casi con tristeza, cuando uno veía aquellos folletos de "soy católico, gracias a Dios", yo pensaba "soy católico, a pesar de todo", de todo lo que la Iglesia Católica es.

Francisco está dando a las bases la idea de que otro catolicismo es posible, un catolicismo más alegre, como él mismo dijo, con la Alegría del Evangelio, un catolicismo que va rompiendo con ciertas tradiciones. Yo lo veo, por ejemplo, en esas cosas pequeñas, como en la Laudato Sii, donde por primera vez una Encíclica no comienza en latín, sino en italiano, un italiano arcaico, pero en italiano. Esos cambios vienen para quedarse.

Si el sucesor de Francisco viene en la misma línea y permanece durante diez o quince años, tal vez se tengan cambios reales. Si no está en la misma línea, vamos hacia una Iglesia que se va desintegrando, como ya está sucediendo, pues ella es cada vez menos relevante. Lamentamos, por ejemplo, el silencio de la CNBB frente al golpe, aunque si se hubiese pronunciado contra el golpe, tampoco habría sido muy diferente, pues ella ya no tiene la capilaridad eclesial que tenía antes, y no estoy pensando sólo en la Iglesia de Brasil, sino del mundo, perdió esa capilaridad.

He escuchado la palabra "exculturación" frente a inculturación. Nuestra cultura, cada vez más, está poniendo del lado de fuera el Evangelio. El cristianismo cada vez está menos presente en la cultura.

Esa situación, ¿no puede ser consecuencia de la falta de unión con el mundo promovida por el clero y por muchos movimientos?

Con certeza. Hoy estamos viendo una vuelta hacia atrás en términos de espiritualidad, que es una vuelta atrás para la vida eterna. Cada vez más, el discurso de la Iglesia es el de un Dios Todopoderoso, que está en el Cielo y hace milagros y que nos llama para vivir con Él eternamente.

¿Qué es lo que uno constata? Que cada vez hay menos gente preocupada con la vida eterna, menos gente preocupada con si después de morir va para el cielo o para el infierno. Hay encuestas en las que la gente responde que no va a misa, y que si por eso va para el infierno, es algo que acepta, diciendo eso sin ningún miedo.

Una Iglesia que se queda insistiendo en la vida eterna, pierde su capacidad de influenciar en la vida cotidiana, en la moral de la sociedad. ¿Y hablando de la vida eterna, por qué todavía tiene audiencia, por qué todavía tiene público? Respondo, usando una expresión dura, que es porque sus rituales son mágicos, sus rituales producen efectos prácticos, útiles, en esta vida.

Se trata de llegar con la mano cerca de donde está el Santísimo Sacramento porque eso me va a curar y me va a resolver un problema de dejar de beber, o el problema con mi mujer o mi marido. Los rituales católicos son, cada vez más, rituales utilitarios para conseguir finalidades prácticas en este mundo. Eso es lo que la sociología clásica llama magia. Estamos viendo una Iglesia que hace rituales mágicos.

 


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Cardenal Aguiar insta a la Iglesia a salir a la calle


Cardenal Aguiar insta a la Iglesia a salir a la calle

"El Papa me dijo 'Eso es lo que hay que hacer, comunícaselo a los demás obispos'"

Redacción, 28 de noviembre de 2016 a las 18:09

Aguiar comparte muchos valores con el Papa Francisco sobre la necesaria cercanía con los feligreses, la lucha contra la pobreza y la defensa de los migrantes
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El Papa, Aguiar y el Nuevo Testamento de PPC

El nuevo cardenal mexicano, Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla, aseguró hoy que la Iglesia Católica tiene aún gran capacidad de convocatoria, pero debe salir a la calle, como ha pedido el Papa Francisco, para reconstruir el tejido social.

Tras haber sido nombrado cardenal en el consistorio del pasado 19 de noviembre en la Ciudad del Vaticano, Aguiar expresó en rueda de prensa que el fortalecimiento del tejido social es el principal aporte de la Iglesia Católica, así como su principal reto.

Refirió que en un encuentro con el pontífice antes del consistorio le explicó el proceso de renovación pastoral que desarrolla la archidiócesis de Tlalnepantla, en el central Estado de México, que consta de dos puntos principales: el proceso misionero y el proceso de acompañamiento en la línea de la vida.

El proceso misionero, explicó, se realiza con apoyo de 40.000 misioneros tocando puertas el Domingo de la Ascensión, para llegar a más de 250.000 personas y lograr que muchas de ellas se comprometan a reunirse semanalmente entre vecinos, conociéndose y descubriendo que se pueden apoyar fraternalmente en las dificultades concretas.

En cuanto al proceso de acompañamiento en la línea de la vida, según Aguiar, se encarga de la formación en el desarrollo humano desde la niñez, con la catequesis escolarizada, la pastoral juvenil-vocacional y el acompañamiento de quienes se preparan para formar una familia en el matrimonio, y con la atención de los adultos mayores.

"El Papa me dijo 'Eso es lo que hay que hacer, comunícaselo a los demás obispos'. Por eso debemos aprovechar nuestra capacidad de convocatoria", abundó el arzobispo.

Por otro lado, destacó la importancia de la atención a los reclusos y comentó que en el Penal de Barrientos, situado en el territorio que atiende la archidiócesis de Tlalnepantla, "aproximadamente el 50% de los reclusos son miembros de familias que residen entre nosotros".

"Estamos colaborando para identificar y acompañar estas familias para que se preparen a recibirlos cuando sean liberados", señaló el cardenal mexicano.

El Papa Francisco nombró el 19 de noviembre en la Basílica de San Pedro del Vaticano a 17 nuevos cardenales, 13 electores y cuatro no electores, que se han sumado al Colegio Cardenalicio. Los 13 nuevos cardenales electores, entre ellos Aguiar, tendrán derecho a voto en un futuro cónclave para elegir nuevo pontífice.

Posteriormente, el Papa pronunció una homilía en la que dijo a los nuevos purpurados que "la elección, en vez de mantenerlos en lo alto del monte, en su cumbre, los lleva al corazón de la multitud, los pone en medio de sus tormentos, en el llano de sus vidas".

Aguiar Retes es un religioso muy preparado académicamente y que tras ocupar relevantes cargos en la Iglesia se perfila como el sucesor de Norberto Rivera, arzobispo primado de México, quien renunciará en 2017 al cumplir 75 años. Nacido el 9 de enero de 1950 en Tepic, Nayarit (oeste de México), en el seno de una familia muy devota, ha sido toda la vida una figura activa dentro de la Iglesia Católica.

Comparte además muchos valores con el Papa Francisco sobre la necesaria cercanía con los feligreses, la lucha contra la pobreza y la marginación y la defensa de los migrantes.

A diferencia de Rivera, a quien se ha podido ver junto al magnate Carlos Slim y otros empresarios, a Aguiar no se le relaciona con el poder y es muy activo en redes sociales, donde acumula más de 11.000 seguidores en Twitter. "A raíz de su erudito conocimiento de otras lenguas -italiano, inglés, francés, alemán-, perteneció, entre 1992 y 1996, al equipo de estudiosos que preparó la edición de la Biblia de América", señala la archidiócesis de Tlanepantla en su página web.

En 2009 fue nombrado arzobispo de Tlalnepantla, donde apostó por una "renovación pastoral" y evangelización que empuje a la "edificación de una sociedad más justa", destaca la misma fuente.

(RD/Agencias)


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domingo, 27 de noviembre de 2016

El desatino de los análisis económicos actuales

El desatino de los análisis económicos actuales

2016-11-25



Sigo con atención los análisis económicos que se realizan en Brasil y en todo el mundo. Con raras y buenas excepciones, la gran mayoría de los analistas son rehenes del pensamiento único neoliberal mundializado. Es raro que hagan una autocrítica que rompa la lógica del sistema productivista, consumista, individualista y anti-ecológico. Y aquí veo un gran riesgo ya sea para la biocapacidad del planeta Tierra o para la supervivencia de nuestra especie.

El título del libro de Jesse Souza La insensatez de la inteligencia brasileña (2015) inspiró el título de mi reflexión: "El desatino de los análisis económicos actuales".

Mi sentido del mundo me dice que podemos conocer cataclismos ecológicos y sociales de dimensiones dantescas si no tomamos absolutamente en serio dos factores fundamentales: el factor ecológico, de carácter más objetivo, y la recuperación de la razón sensible, de sesgo más subjetivo. En cuanto al factor ecológico: la mayoría de la macroeconomía todavía alimenta la falsa ilusión de un crecimiento ilimitado, en el supuesto ilusorio de que la Tierra dispone igualmente de recursos ilimitados y tiene una capacidad de recuperación ilimitada para soportar la explotación sistemática a que es sometida. La maldición del pensamiento único muestra un soberano desprecio por los efectos negativos en términos de calentamiento global, la devastación de los ecosistemas, la escasez de agua potable y otros considerados como externalidades, es decir, datos que no entran en la contabilidad de las empresas. Este pasivo se deja para que lo resuelva el estado. Lo que debe ser garantizado en cualquier forma son las ganancias de los accionistas y la acumulación de riqueza a niveles tan inimaginables que dejarían loco a Karl Marx.

La gravedad radica en el hecho de que los órganos que se ocupan del estado de la Tierra, desde las organizaciones mundiales como la ONU, a los nacionales que denuncian la creciente erosión de casi todos los elementos esenciales para la continuidad de la vida (alrededor de 13), no se tienen en cuenta. La razón es que son antisistémicos, perjudican el crecimiento del PIB y los grandes beneficios de las empresas.

Los escenarios proyectados por centros de investigación serios son cada vez más perturbadores. El calentamiento, por ejemplo, no para de aumentar como se afirmó ahora en la COP 22 de Marrakesch. La temperatura global en 2016 ha sido 1,35º C por encima de lo normal para el mes de febrero, la más alta de los últimos 40 años. Los propios científicos como David Carlson, de la Organización Meteorológica Mundial, un organismo de la ONU, declaró: "Esto es increíble... la Tierra es ciertamente un planeta alterado".

Tanto la Carta de la Tierra como la encíclica de Francisco Laudato Si: cómo cuidar de la Casa Común advierten de los riesgos que corre la vida sobre el planeta. La Carta de la Tierra (grupo animado por M. Gorbachov, en el que he participado) es contundente: «o formamos una alianza global para cuidar la Tierra y unos de otros o corremos el riesgo de destruirnos y destruir diversidad de la vida».

En los debates sobre economía, en casi todas las instancias, los riesgos y los factores ecológicos ni siquiera se nombran. La ecología no existe, incluso en las declaraciones del PT, en las que no aparece siquiera la palabra ecología. Y así, inconscientemente, hacemos un camino de no retorno, a causa de la ignorancia, irresponsabilidad y ceguera producidas por el deseo de acumulación de bienes materiales.

Donald Trump ha dicho que el calentamiento global es un engaño y que cancelará el acuerdo de París, ya firmado por Obama. Paul Krugman, Nobel de Economía, ha advertido de que tal decisión significaría un daño grave para EE.UU. y para todo el planeta.
Conclusión: o incorporamos los datos ecológicos en todo lo que hacemos, o nuestro futuro no estará garantizado. La estupidez de la economía sólo nos ciega y nos perjudica.

Pero este dato científico, resultado de la razón instrumental analítica, no es suficiente, ya que analiza y calcula friamente y entiende al ser humano fuera y por encima de la naturaleza. A la que puede explotar a su voluntad. Tenemos que completarla con el rescate de la razón sensible, la más antigua en nosotros. En ella se encuentra la sensibilidad, el mundo de los valores, la dimensión ética y espiritual. Ahí residen las motivaciones para el cuidado de la Tierra y para comprometernos en un nuevo tipo de relación amistosa con la naturaleza, sintiéndonos parte de ella y sus cuidadores, reconociendo el valor intrínseco de cada ser e inventando otra manera de satisfacer nuestras necesidades y el consumo con una sobriedad compartida y solidaria.

Tenemos que articular los dos factores, el ecológico (objetivo) y el sensible (subjetivo): de otro modo difícilmente escaparemos, tarde o temprano, de la amenaza de un colapso del sistema-vida.

Leonardo Boff




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sábado, 26 de noviembre de 2016

Muere Fidel Castro

Muere Fidel Castro


Muere Fidel Castro
26 de noviembre de 2016 - Ecclesia

«Con profundo dolor comparezco para informar a nuestro pueblo, a los amigos de nuestra América y del mundo de que hoy, 25 de noviembre del 2016, a las 10.29 horas de la noche,falleció el comandante en jefe de la Revolución Cubana, Fidel CastroRuz», ha confirmado el actual presidente cubano, Raúl Castro, en una alocución en la televisión cubana. Fidel Castro, el artífice de la única dictadura comunista que existe en Occidente desde hace más de medio siglo, ha muerto a los 90 años en La Habana. Dos años después de que su hermano y sucesor Raúl Castro, 85 años, y Barack Obama anunciaran el comienzo del deshielo entre Cuba y Estados Unidos para acabar con el último vestigio de la Guerra Fría. Castro reaccionó al histórico anuncio del pasado 17 de diciembre de 2014 con un «no confío en la política de Washington pero no rechazo el acercamiento» al enemigo eterno. 

El gran exportador de revoluciones se había ido apagando desde que una grave enfermedad intestinal le obligó a ceder el poder a su hermano menor y número dos en todas sus aventuras, en el verano de 2006. En las últimas fotografías con líderes internacionales se le veía encorvado, con dificultades de movilidad y se decía que el otrora astuto político a ratos perdía la lucidez.

El régimen totalitario cubano solo es superado en el tiempo por el de los Kim en Corea del Norte. Anclado en la recurrente rivalidad con EE.UU., después de ver desfilar a diez inquilinos en la Casa Blanca, Fidel Castro ha dejado a la que fue una isla próspera al borde del colapso económico. Tanto, que alrededor de dos millones de cubanos –en una isla de once millones– han abandonado el país durante estos 56 años, paradójicamente hacia EE.UU.

Con su revolución, el gran embaucador que fue Fidel Castro despertó en Cuba grandes esperanzas de acabar con la tiranía de Fulgencio Batista y dejar atrás décadas de corrupción, violencia política y pobreza para parte de la población. Lo logró el 1 de enero de 1959, después de 25 meses de lucha en Sierra Maestra. Pero en 1961 se quitó la careta, abrazó el marxismo-leninismo y a la Unión Soviética –según los cubanólogos más por oportunismo que por convicción–, y recurrió a las armas cuando fue preciso para expandir el castrismo por medio mundo.

Su poder omnímodo se resume así: primer ministro desde el triunfo de la revolución hasta 1976, en que se convierte en presidente; comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y primer secretario del Partido Comunista de Cuba. En el congreso de abril de 2011 deja oficialmente la dirección del partido único. 

Como presidente y comandante en jefe se aparta temporalmente en julio de 2006, cuando una grave enfermedad intestinal –secreto de Estado, como todo lo referente a su salud– le situó «al borde de la muerte». Desde febrero de 2008 le sustituía ya oficialmente el general Castro. Aunque tras las bambalinas muchos sostienen que no dejó de ejercer el poder y frenar la apertura del régimen hasta los últimos momentos de su vida.

Fidel Alejandro Castro Ruz nació el 13 de agosto de 1926 en Birán, un poblado cañero de la provincia oriental de Holguín, durante la dictadura de Gerardo Machado. Su padre, Ángel Castro Argiz, era un emigrante lucense que combatió como soldado del Ejército español contra los mambises (independentistas). Repatriado al final de la guerra, regresó a la isla y el guajiro se convirtió en un próspero terrateniente. Su segunda esposa fue Lina Ruz González, primero cocinera de la finca de Birán y luego madre de siete de sus nueve hijos, entre ellos Fidel y Raúl.

Con los jesuitas

«El Caballo», su apodo más conocido, cursó sus primeros estudios en Santiago de Cuba y La Habana. Parte con los jesuitas, que dejaron huella en un niño que, además de inteligente, ya era bastante especial. A los doce años escribió una carta a Franklin D. Roosevelt –a mano y en un inglés macarrónico– en la que tras felicitarle por su nueva victoria electoral le pedía un billete de diez dólares, porque decía que nunca había visto uno, a cambio de llevarle a una mina de hierro que le serviría para construir barcos.
Castro estudió Derecho en la Universidad de La Habana, un trampolín para lanzarse a la política. Las aulas universitarias no eran ajenas al clima de violencia política que duraba ya décadas. Siempre un hombre de acción más que un intelectual, el joven Castro participó en la frustrada invasión de Cayo Confites contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. En abril de 1948 viajó a Colombia para asistir a una conferencia como delegado de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y presenció el estallido del «bogotazo» con el asesinato del candidato presidencial Jorge Eliécer Gaitán.

A su regreso a la isla se casó con Mirta Díaz-Balart, una estudiante de Filosofía perteneciente a una conocida familia habanera. Al año siguiente nació el único hijo de esta unión, Fidel Castro Díaz-Balart («Fidelito»), que estudió física nuclear en la Unión Soviética y estuvo a cargo de algún programa oficial cubano. Mirta y Fidel se divorciaron seis años más tarde.

Pese al celo con que siempre guardó su vida privada, la leyenda en torno a este personaje histórico que a nadie deja indiferente incluye su fama de mujeriego y machista. Se cuenta que la guerrillera Celia Sánchez fue algo más que una influyente colaboradora, secretaria de la presidencia del Consejo de Ministros cuando llegaron al poder. Se dice también que se casó y vivió hasta el fin de sus días con Dalia Soto del Valle, una maestra de Trinidad, madre de cinco de sus hijos. De su aventura con Naty Revuelta, una atractiva mujer casada con un médico, nació en 1956 la rebelde Alina Fernández, exiliada en EE.UU. Se habla de un octavo hijo, Jorge Ángel, y de un noveno, Abel.

En cuanto a su trayectoria política, sus aspiraciones para llegar a la Cámara de Representantes por el Partido Ortodoxo (populista y socialdemócrata), en las elecciones fijadas para el verano de 1952, se vieron frustradas por el golpe de Estado de Batista el 10 de marzo anterior. Castro optó definitivamente por la vía revolucionaria.

El 26 de julio de 1953 dirigió el fallido asalto al cuartel de Moncada, en Santiago de Cuba, dentro de un plan para asaltar dos guarniciones y provocar un levantamiento popular contra Batista. Huyó a la montaña, pero al final fue capturado y encarcelado el 1 de agosto. El desaparecido líder del castrismo ganó notoriedad en los juicios contra los asaltantes, asumió su propia defensa y pronunció la célebre frase «la historia me absolverá». Condenado a quince años, acabó en la prisión de isla de Pinos.

Sierra Maestra

Pero fue indultado el 15 de mayo de 1955, rompió oficialmente con el Partido Ortodoxo y fundó el Movimiento 26 de Julio, la fecha del asalto al Moncada. Con una ideología nacionalista, antiimperialista, demócrata en apariencia, fundada en las ideas del prócer José Martí, fue la organización más destacada en la lucha contra Batista desde Sierra Maestra. Ese año se exilió en México, donde conoció a Ernesto «Che» Guevara y planeó la expedición del yate «Granma».
Los 82 guerrilleros desembarcaron el 2 de diciembre de 1956 en la costa sur de Oriente. La llegada del «Granma» debía coincidir con asaltos en Santiago de Cuba. Sin embargo, la expedición de Castro se retrasó dos días, las tropas de Batista ya estaban en alerta y fueron recibidos con fuego desde una fragata. Los rebeldes desembarcaron como pudieron y los supervivientes huyeron a Sierra Maestra. El espíritu revolucionario que debía propagarse como la pólvora se esfumó y comenzaron 25 largos meses de guerra de guerrillasque no figuraban entre los planes del comandante.

Durante esos años, el luego dictador cubano siempre trató de doblegar a los distintos frentes, entre los que había comunistas y demócratas. Un Ejército Rebelde de unos 800 hombres escasos de pertrechos frente a los 70.000 militares armados hasta los dientes. Para tranquilizar los ánimos, en 1957 Castró lanzó el Manifiesto de Sierra Maestra, en el que se comprometía a celebrar elecciones. Otra cosa era cumplirlo al llegar al poder. A finales de diciembre de 1958 cayó la primera ciudad en manos rebeldes, Santa Clara, y Batista huyó esa misma Nochevieja.

La paloma en el hombro

Después de proclamar el triunfo de la revolución el 1 de enero de 1959 desde Santiago, el Castro barbudo de los largos discursos y el uniforme verde oliva entró triunfante en La Habana una semana después. Sus seguidores vieron como un símbolo providencial que ese día una paloma blanca se posara en su hombro. Muchos cubanos esperaban la llegada de un Mesías en ese momento de la historia del país, como explica el escritor Carlos Alberto Montaner en «Viaje al corazón de Cuba».

La paz duró poco. Los tribunales revolucionarios comenzaron a juzgar sin garantías a militares y colaboradores de la dictadura de Batista. Decenas de cubanos fueron condenados a muerte y ejecutados. Fidel Castro sabía ya la importancia de la represión y el miedo para mantenerse en el poder. Así surgió poco después la temida policía política y los efectivos Comités de Defensa de la Revolución (CDR) para denunciar desde el mismo barrio a los «enemigos» de la revolución. Una de las razones de la longevidad del régimen.

Cinco meses después, Fidel Castro destapó una nueva carta sobre la dirección que tomaba su régimen y decretó la primera reforma agraria. Le siguieron la toma de refinerías por negarse a procesar petróleo soviético, de ingenios azucareros, empresas, propiedades urbanas… que afectaba a intereses cubanos y extranjeros. En el otoño de 1959 la Administración Eisenhower empezó a tomar las primeras medidas contra el incipiente gobierno totalitario.

Bajo el mandato de John F. Kennedy, Castro destapó la carta definitiva. El 16 de abril de 1961 anunció que la revolución era socialista; ese 1 de diciembre abrazó el marxismo-leninismo y se lanzó irremediablemente en los brazos de la URSS. Las anómalas relaciones entre los dos países vecinos desde la independencia cubana no podían ir peor, con episodios como Bahía de Cochinos, la Crisis de los Misiles y la imposición del embargo económico contra la isla el 7 de febrero de 1962. Mientras EE.UU. es el «enemigo útil»para el castrismo, el embargo es la «excusa perfecta» para justificar las consecuencias de un modelo económico que «nunca ha funcionado», coinciden varios analistas.
Poco antes del fin de la ayuda económica, militar y política de la URSS en 1991 surgió el primer signo de ruptura en las filas castristas: la ejecución del general Arnaldo Ochoa y otros tres militares en 1989 en una trama de corrupción y narcotráfico. «La ejecución de Ochoa conmovió a Cuba como ningún otro hecho desde la revolución comunista de 1959», escribe el periodista Andrés Oppenheimer en «La hora final de Castro». Para el «máximo líder» tan inquietantes eran las pruebas de narcotráfico en poder de la DEA (agencia antidrogas estadounidense) como las grabaciones de la contrainteligencia cubana en las que el «héroe de la revolución» Ochoa y otros condenados ante un tribunal militar se burlaban de los hermanos Castro y hablaban de un modo positivo sobre Mijail Gorbachov y la perestroika.

Con el desmoronamiento de la URSS, Fidel Castro decretó en 1991 el llamado «periodo especial» con sus asfixiantes restricciones y buscó la supervivencia económica en el turismo, la biotecnología, las remesas de los cubanoamericanos y en algunas reformas, aunque luego diera marcha atrás. Pero con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia venezolana, su mentor político recibió un nuevo balón de oxígeno en forma de divisas y petróleo.

La oposición

Mientras una disidencia cada vez más numerosa y organizada denuncia la dramática situación económica y las reiteradas violaciones a los derechos humanos y a las libertades, los simpatizantes del castrismo valoran sus logros en educación, sanidad, deporte y ciencia.

Ateo y excomulgado por el Papa Juan XXIII, el líder de la revolución se reunió con Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco durante las visitas pastorales que llevaron oxígeno a los ciudadanos. Pero Cuba no se abrió al mundo, como le pidió el Pontífice polaco en 1998, hasta que su régimen vio peligrar los subsidios de Venezuela y comenzó el deshielo con EE.UU. Muerto el tirano, le llega la oportunidad histórica de emprender una verdadera apertura política y económica.
Vía: abc.es



DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIDENTE DE LOS CONSEJOS DE ESTADO Y DE MINISTROS, EN LA CEREMONIA DE BIENVENIDA A SU SANTIDAD  JUAN PABLO II, EFECTUADA EN EL AEROPUERTO INTERNACIONAL "JOSE MARTI", EN CIUDAD DE LA HABANA, EL 21 DE ENERO DE 1998.
(VERSIONES TAQUIGRAFICAS – CONSEJO DE ESTADO)

Santidad:
La tierra que usted acaba de besar se honra con su presencia.  No encontrará aquí aquellos pacíficos y bondadosos habitantes naturales que la poblaban cuando los primeros europeos llegaron a esta isla.  Los hombres fueron exterminados casi todos por la explotación y el trabajo esclavo que no pudieron resistir; las mujeres, convertidas en objeto de placer o esclavas domésticas.  Hubo también los que murieron bajo el filo de espadas homicidas, o víctimas de enfermedades desconocidas que importaron los conquistadores.  Algunos sacerdotes dejaron testimonios desgarradores de su protesta contra tales crímenes.
A lo largo de siglos, más de un millón de africanos cruelmente arrancados de sus lejanas tierras ocuparon el lugar de los esclavos indios ya extinguidos.  Ellos hicieron un considerable aporte a la composición étnica y a los orígenes de la actual población de nuestro país, donde se mezclaron la cultura, las creencias y la sangre de todos los que participaron en esta dramática historia.
La conquista y colonización de todo el hemisferio se estima que costó la vida de 70 millones de indios y la esclavización de 12 millones de africanos.  Fue mucha la sangre derramada y muchas las injusticias cometidas, gran parte de las cuales, bajo otras formas de dominación y explotación, después de siglos de sacrificios y de luchas, aún perduran.

Cuba, en condiciones extremadamente difíciles, llegó a constituir una nación.  Luchó sola con insuperable heroísmo por su independencia.  Sufrió por ello hace exactamente 100 años un verdadero holocausto en los campos de concentración, donde murió una parte considerable de su población, fundamentalmente mujeres, ancianos y niños; crimen de los colonialistas que no por olvidado en la conciencia de la humanidad dejó de ser monstruoso.  Usted, hijo de Polonia y testigo de Oswiecim, lo puede comprender mejor que nadie.

Hoy, Santidad, de nuevo se intenta el genocidio, pretendiendo rendir por hambre, enfermedad y asfixia económica total a un pueblo que se niega a someterse a los dictados y al imperio de la más poderosa potencia económica, política y militar de la historia, mucho más poderosa que la antigua Roma, que durante siglos hizo devorar por las fieras a los que se negaban a renegar de su fe.  Como aquellos cristianos atrozmente calumniados para justificar los crímenes, nosotros, tan calumniados como ellos, preferiremos mil veces la muerte antes que renunciar a nuestras convicciones.  Igual que la Iglesia, la Revolución tiene también muchos mártires.

Santidad, pensamos igual que usted en muchas importantes cuestiones del mundo de hoy y ello nos satisface grandemente; en otras, nuestras opiniones difieren, pero rendimos culto respetuoso a la convicción profunda con que usted defiende sus ideas.
En su largo peregrinaje por el mundo, usted ha podido ver con sus propios ojos mucha injusticia, desigualdad, pobreza; campos sin cultivar y campesinos sin alimentos y sin tierra; desempleo, hambre, enfermedades, vidas que podrían salvarse y se pierden por unos centavos; analfabetismo, prostitución infantil, niños trabajando desde los seis años o pidiendo limosnas para poder vivir; barrios marginales donde viven cientos de millones en condiciones infrahumanas; discriminación por razones de raza o de sexo, etnias enteras desalojadas de sus tierras y abandonadas a su suerte; xenofobia, desprecio hacia otros pueblos, culturas destruidas o en destrucción; subdesarrollo, préstamos usurarios, deudas incobrables e impagables, intercambio desigual, monstruosas e improductivas especulaciones financieras; un medio ambiente que es destrozado sin piedad y tal vez sin remedio; comercio inescrupuloso de armas con repugnantes fines mercantiles, guerras, violencia, masacres; corrupción generalizada, drogas, vicios y un consumismo enajenante que se impone como modelo idílico a todos los pueblos.

Ha crecido la humanidad solo en este siglo casi cuatro veces.  Son miles de millones los que padecen hambre y sed de justicia; la lista de calamidades económicas y sociales del hombre es interminable.  Sé que muchas de ellas son motivo de permanente y creciente preocupación de Su Santidad.

Viví experiencias personales que me permiten apreciar otros aspectos de su pensamiento.  Fui estudiante de colegios católicos hasta que me gradué de bachiller.  Me enseñaban entonces que ser protestante, judío, musulmán, hindú, budista, animista o partícipe de otras creencias religiosas, constituía una horrible falta, digna de severo e implacable castigo.  Más de una vez incluso, en algunas de aquellas escuelas para ricos y privilegiados, entre los que yo me encontraba, se me ocurrió preguntar por qué no había allí niños negros, sin que haya podido todavía olvidar las respuestas nada persuasivas que recibía.

Años más tarde el Concilio Vaticano II, convocado por el Papa Juan XXIII, abordó varias de estas delicadas cuestiones.  Conocemos los esfuerzos de Su Santidad por predicar y practicar los sentimientos de respeto hacia los creyentes de otras importantes e influyentes religiones que se han extendido por el mundo.  El respeto hacia los creyentes y no creyentes es un principio básico que los revolucionarios cubanos inculcamos a nuestros compatriotas.  Esos principios han sido definidos y están garantizados por nuestra Constitución y nuestras leyes.  Si alguna vez han surgido dificultades, no ha sido nunca culpa de la Revolución.

Albergamos la esperanza de que algún día en ninguna escuela de cualquier religión, en ninguna parte del mundo, un adolescente tenga que preguntar por qué no hay en ella un solo niño negro, indio, amarillo o blanco.

Santidad:
Admiro sinceramente sus valientes declaraciones sobre lo ocurrido con Galileo, los conocidos errores de la Inquisición, los episodios sangrientos de las Cruzadas, los crímenes cometidos durante la conquista de América, y sobre determinados descubrimientos científicos no cuestionados hoy por nadie que, en su tiempo, fueron objeto de tantos prejuicios y anatemas.  Hacía falta para ello la inmensa autoridad que usted ha adquirido en su Iglesia.
¿Qué podemos ofrecerle en Cuba, Santidad?  Un pueblo con menos desigualdades, menos ciudadanos sin amparo alguno, menos niños sin escuelas, menos enfermos sin hospitales, más maestros y más médicos por habitantes que cualquier otro país del mundo que Su Santidad haya visitado; un pueblo instruido al que usted puede hablarle con toda la libertad que desee hacerlo, y con la seguridad de que posee talento, elevada cultura política, convicciones profundas, absoluta confianza en sus ideas y toda la conciencia y el respeto del mundo para escucharlo.  No habrá ningún país mejor preparado para comprender su feliz idea, tal como nosotros la entendemos y tan parecida a la que nosotros predicamos, de que la distribución equitativa de las riquezas y la solidaridad entre los hombres y los pueblos deben ser globalizadas.

Bienvenido a Cuba (APLAUSOS).



JUAN PABLO II
Discurso en la ceremonia de llegada a La Habana
21 de Enero 1998

Señor Presidente,
Señor Cardenal y Hermanos en el Episcopado,
Excelentísimas Autoridades,
Miembros del Cuerpo Diplomático,
Amadísimos hermanos y hermanas de Cuba:
  1. Doy gracias a Dios, Señor de la historia y de nuestros destinos, que me ha permitido venir hasta esta tierra, calificada por Cristóbal Colón como «la más hermosa que ojos humanos han visto». Al llegar a esta Isla, donde fue plantada hace ya más de quinientos años la Cruz de Cristo —cruz celosamente conservada hoy como un tesoro en el templo parroquial de Baracoa, en el extremo oriental del País— saludo a todos con particular emoción y gran afecto.
Ha llegado el feliz día, tan largamente deseado, en que puedo corresponder a la invitación que los Obispos de Cuba me formularon hace ya algún tiempo, invitación que el Señor Presidente de la República me hizo también y que reiteró personalmente en el Vaticano con ocasión de su visita el mes de noviembre de 1996. Me llena de satisfacción visitar esta Nación, estar entre Ustedes y poder compartir así unas jornadas llenas de fe, de esperanza y de amor.
  1. Me complace dirigir mi saludo en primer lugar al Señor Presidente Dr. Fidel Castro Ruz, que ha tenido el gesto de venir a recibirme y al cual deseo manifestar mi gratitud por sus palabras de bienvenida. Expreso igualmente mi reconocimiento a las demás autoridades aquí presentes, así como al Cuerpo Diplomático y a los que han ofrecido su valiosa cooperación para preparar esta Visita pastoral.
Saludo entrañablemente a mis Hermanos en el Episcopado; en particular, al Señor Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, Arzobispo de La Habana, y a cada uno de los demás Obispos cubanos, así como a los que han venido de otros Países para participar en los actos de esta Visita pastoral y así renovar y fortalecer, como tantas veces, los estrechos vínculos de comunión y afecto de sus Iglesias particulares con la Iglesia que está en Cuba. En este saludo mi corazón se abre también con gran afecto a los queridos sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, catequistas y fieles, a los que me debo en el Señor como Pastor y Servidor de la Iglesia Universal (cf. Const. dogm. Lumen gentium, 22). En todos ellos veo la imagen de esta Iglesia local, tan amada y siempre presente en mi corazón, sintiéndome muy solidario y cercano a sus aspiraciones y legítimos deseos. Quiera Dios que esta Visita que hoy comienza sirva para animarlos a todos en el empeño de poner su propio esfuerzo para alcanzar esas expectativas con el concurso de cada cubano y la ayuda del Espíritu Santo. Ustedes son y deben ser los protagonistas de su propia historia personal y nacional.
Asimismo saludo cordialmente a todo el pueblo cubano, dirigiéndome a todos sin excepción: hombres y mujeres, ancianos y jóvenes, adolescentes y niños; a las personas que encontraré y a las que no podrán acudir por diversos motivos a las diferentes celebraciones.
  1. Con este Viaje apostólico vengo, en nombre del Señor, para confirmarlos en la fe, animarlos en la esperanza, alentarlos en la caridad; para compartir su profundo espíritu religioso, sus afanes, alegrías y sufrimientos, celebrando, como miembros de una gran familia, el misterio del Amor divino y hacerlo presente más profundamente en la vida y en la historia de este noble pueblo, sediento de Dios y de valores espirituales que la Iglesia, en estos cinco siglos de presencia en la Isla, no ha dejado de dispensar. Vengo como peregrino del amor, de la verdad y de la esperanza, con el deseo de dar un nuevo impulso a la labor evangelizadora que, aun en medio de dificultades, esta Iglesia local mantiene con vitalidad y dinamismo apostólico caminando hacia el Tercer Milenio cristiano.
  2. En el cumplimiento de mi ministerio, no he dejado de anunciar la verdad sobre Jesucristo, el cual nos ha revelado la verdad sobre el hombre, su misión en el mundo, la grandeza de su destino y su inviolable dignidad. A este respecto, el servicio al hombre es el camino de la Iglesia. Hoy vengo a compartir con Ustedes mi convicción profunda de que el Mensaje del Evangelio conduce al amor, a la entrega, al sacrificio y al perdón, de modo que si un pueblo recorre este camino es un pueblo con esperanza de un futuro mejor. Por eso, ya desde los primeros momentos de mi presencia entre Ustedes, quiero decir con la misma fuerza que al inicio de mi Pontificado: «No tengan miedo de abrir sus corazones a Cristo», dejen que Él entre en sus vidas, en sus familias, en la sociedad, para que así todo sea renovado. La Iglesia repite este llamado, convocando sin excepción a todos: personas, familias, pueblos, para que siguiendo fielmente a Jesucristo encuentren el sentido pleno de sus vidas, se pongan al servicio de sus semejantes, transformen las relaciones familiares, laborales y sociales, lo cual redundará siempre en beneficio de la Patria y la sociedad.
  3. La Iglesia en Cuba ha anunciado siempre a Jesucristo, aunque en ocasiones haya tenido que hacerlo con escasez de sacerdotes y en circunstancias difíciles. Quiero expresar mi reconocimiento a tantos creyentes cubanos por su fidelidad a Cristo, a la Iglesia y al Papa, así como por el respeto demostrado hacia las tradiciones religiosas más genuinas aprendidas de los mayores, y por el valor y perseverante espíritu de entrega que han testimoniado en medio de sus sufrimientos y anhelos. Todo ello se ha visto recompensado en muchas ocasiones con la solidaridad mostrada por otras comunidades eclesiales de América y del mundo entero. Hoy, como siempre, la Iglesia en Cuba desea poder disponer del espacio necesario para seguir sirviendo a todos en conformidad con la misión y enseñanzas de Jesucristo.
Amados hijos de la Iglesia católica en Cuba: sé bien cuánto han esperado el momento de mi Visita, y saben cuánto lo he deseado yo. Por eso acompaño con la oración mis mejores votos para que esta tierra pueda ofrecer a todos una atmósfera de libertad, de confianza recíproca, de justicia social y de paz duradera. Que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo y que el mundo se abra a Cuba, para que este pueblo, que como todo hombre y nación busca la verdad, que trabaja por salir adelante, que anhela la concordia y la paz, pueda mirar el futuro con esperanza.
  1. Con la confianza puesta en el Señor y sintiéndome muy unido a los amados hijos e hijas de Cuba, agradezco de corazón esta calurosa acogida con la que se inicia mi Visita pastoral, que encomiendo a la maternal protección de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre. Bendigo de corazón a todos, y de modo particular a los pobres, los enfermos, los marginados y a cuantos sufren en el cuerpo o en el espíritu.

¡Alabado sea Jesucristo! Muchas gracias.

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