lunes, 30 de julio de 2012

DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO NOBEL POR AUNG SAN SUU KYI

DISCURSO DE ACEPTACIÓN DEL PREMIO NOBEL POR AUNG SAN SUU KYI,
Concedio desde 1991
(17/06/2012) 

Sus Majestades, sus Altezas Reales, Excelencias, Distinguidos miembros del Comité Noruego Nóbel, Queridos Amigos
            Hace muchos años, en ocasiones me parece que fue hace muchas vidas, estaba en Oxford escuchando el programa radiofónico Desert Island Discs con mi joven hijo Alexander.  Era un programa muy conocido (hasta donde sé todavía continúa) al que gente famosa de diversos caminos era invitada a hablar sobre los ocho discos , el libro que aparte de la Biblia y las obras completas de Shakespeare y el tema seleccionado que quisieran tener consigo si estuvieran aislados en una isla desierta.   Al finalizar el programa que ambos disfrutamos, Alexander me preguntó si yo pensaba que alguna vez me invitarían a hablar en Desert Island  Discs.  “¿Por qué no?” respondí a la ligera.  Como él sabía que sólo ciertas celebridades formaban parte del programa continuó preguntando con interés genuino porqué pensaba que podría ser invitada.  Lo pensé por un momento y contesté: “Tal vez porque habré ganado el Premio Nobel de literatura” y ambos reímos.  La idea era muy agradable pero muy poco probable.
(No recuerdo por qué di esa respuesta, tal vez porque había leído recientemente un libro escrito por algún ganador del Premio Nobel o porque el invitado al programa de ese día era un escritor famoso.)
En 1989, cuando mi difunto esposo Michael Aris vino a verme durante mi primer arresto domiciliario, me dijo que un amigo, John Finnis, me había nominado para el Premio Nobel por la Paz. En esta ocasión también reí. Por un instante Michael pareció sorprenderse. Después comprendió porqué la idea me había divertido.  ¿El Premio Nobel de la Paz?”  Un agradable prospecto pero ¡bastante improbable! Así que cómo me sentí cuando realmente me concedieron el Premio Nobel de la Paz?  Esto me lo han preguntado en diferentes ocasiones y ésta es seguramente la ocasión más apropiada para examinar lo que significa para mí el Premio Nobel y lo que significa la paz para mí.
Como ha dicho repetidamente en distintas entrevistas, escuché la noticia de que se me había otorgado el Premio Nobel de la Paz en la radio un atardecer.  No fue tanto una sorpresa ya que había sido mencionada como una de las favoritas para el premio en varios noticiarios a lo largo de la semana previa.  Mientras escribía esta presentación he intentado con mucho interés recordar cuál fue mi reacción inmediata al anuncio de que se me había otorgado el premio.  Creo pero ya no puedo estar segura de que fue algo como: “Oh, así que  decidieron dármelo a mí”.  No parecía muy real porque en cierto sentido yo misma no sentía ser muy real en ese tiempo.
Frecuentemente, durante mis días de arresto domiciliario tenía la sensación de no ser ya parte del mundo real.  Había la casa que era mi mundo, el mundo de otros que tampoco eran libres y que estaban también prisioneros formando una comunidad, y también estaba el mundo de los libres; cada uno era un planeta diferente siguiendo su propio y separado curso en un universo indiferente.  Lo que hizo el Premio Nobel fue lanzarme nuevamente al mundo de otros seres humanos afuera del área aislada en la que yo vivía para restaurar un sentido de realidad en mí.  Esto no sucedió instantáneamente, por supuesto pero según pasaban los días y los meses y llegaban por las ondas noticias sobre las reacciones al otorgamiento del premio comencé a entender  el significado del Premio Nobel.   Me había hecho real una vez más; me había lanzado a una comunidad humana más amplia.  Y más importante aún, el Premio Nobel había atraído la atención del mundo a la lucha por la democracia y los derechos humanos en Birmania (Burma) .  No seríamos olvidados.
Ser olvidados. Los franceses dicen que partir es morir un poco.  Ser olvidado también es morir un poco.  Es perder algunos de los nexos que nos atan al resto de la humanidad.  Cuando he conocido trabajadores migrantes y refugiados durante mi reciente visita a Tailandia, muchos gritaban: “No te  olvides de nosotros!”  Querían decir: “no olvides nuestra situación , no olvides hacer lo que puedas para ayudarnos, no olvides que también nosotros pertenecemos a tu mundo.”  Cuando el Comité del Nobel me otorgó el premio, estaban reconociendo que los oprimidos y aislados de Birmania también formaban parte del mundo, estaban reconociendo la calidad única de su  humanidad.   Así que para mí, recibir el Premio Nobel, significa personalmente aumentar mi interés por la democracia y los derechos humanos más allá de las fronteras nacionales.  El Premio Nobel de la Paz abrió una puerta en mi corazón.
El concepto birmano de paz puede ser explicado como la felicidad que surge del cese de factores que militan contra la armonía y la integridad.  La palabra nyein-chan se traduce literalmente como la frescura benéfica que viene cuando se extingue un fuego.  Los fuegos del sufrimiento y las luchas atacan alrededor de todo el mundo.  En mi país las hostilidades no han cesado en el norte, al oeste la violencia  ha causado muertes premeditadas y varios asesinatos ocurrieron tan sólo unos días antes de que yo iniciara el viaje  que me ha traído hasta aquí hoy.  Las noticias sobre atrocidades en otros puntos de la tierra abundan.  Los reportes sobre el hambre, enfermedades, desplazamientos, desocupaciones, pobreza, injusticias, discriminaciones, prejuicios, fanatismos están al día.  Por todos lados existen fuerzas negativas que socavan los fundamentos de la democracia.  En todos los sitios se puede apreciar el desperdicio de recursos humanos y materiales necesarios para la conservación de la felicidad y armonía en nuestro mundo.
La Primera Guerra Mundial representó un aterrorizante desperdicio de juventud y potencial, un cruel derroche de las fuerzas positivas de nuestro planeta.  La poesía de esos tiempos, tiene un significado especial para mí  porque la leí por primera vez  en un tiempo en que tenía la misma edad que muchos de esos jóvenes que se vieron obligados a enfrentar el prospecto de marchitarse antes de siquiera haber florecido.  Un joven norteamericano que peleaba con la Legión Extranjera Francesa escribió antes de ser muerto en acción en 1916 cuando encontraría la muerte: “en una fraccionada ladera de una montaña tiroteada” “a media noche en algún pueblo en llamas”.  La juventud y el amor muriendo para siempre en intentos sin sentido de capturar sitios sin nombre y que no son recordados.  Y ¿para qué?  Casi cien años después todavía no hemos  encontrado una respuesta satisfactoria.
¿No somos culpables aunque en un grado menos violento de indiferencia, descuido, imprevisión respecto de nuestro futuro y nuestra humanidad?  La guerra no es el único terreno en el que matamos a la paz.  Siempre que se ignora el sufrimiento existirán las semillas del conflicto, ya que el sufrimiento degrada y amarga y enfurece.
Un aspecto positivo de haber vivido en aislamiento fue todo el tiempo que tuve para pensar sobre el significado de las palabras y preceptos que sabía y había aceptado a lo largo de mi vida.  Como Budista, sabía de dukha, generalmente traducido como sufrimiento, desde que era una niña pequeña.    Casi diario la gente mayor y en ocasiones no tan mayor, murmuraban a mi alrededor “dukha, dukha”, cuando tenían dolores o sufrimientos o pequeños contratiempos.  Sin embargo fue hasta los días de mi arresto domiciliario que investigué sobre la naturaleza de los seis grandes dukha.   Éstos son: ser concebido, envejecer, enfermar, morir, ser apartado de aquellos a quienes amamos y verse forzado a vivir cerca de aquellos a quienes no amamos.  Examiné cada uno de los seis grandes sufrimientos no en un contexto religioso sino en el contexto de nuestras vidas comunes, cotidianas.  Si el sufrimiento era una parte inevitable de nuestra existencia, deberíamos tratar de aliviarlo tanto como fuera posible en las formas más prácticas a nuestro alcance.  Husmeé todo lo que pude sobre la eficacia de programas ante y post natales y sobre cuidados maternos y del bebé; sobre los recursos adecuados para la población de personas mayores, de los servicios de salud integral, sobre los cuidados humanitarios de enfermeras y hospicios.   Me intrigaron de manera particular las dos últimas formas de sufrimiento: verse alejado de aquéllos a quienes amamos y verse obligado a vivir cerca de aquellos a quienes no amamos.  ¿Qué experiencias habrá tenido nuestro señor Buda en su propia vida que tuvo que incluir estas dos situaciones entre los grandes sufrimientos?  Pensé en los prisioneros y en los refugiados, en los trabajadores emigrantes y en las víctimas del tráfico humano en esas grandes masas de desarraigados de la tierra que han sido arrancados y arrojados lejos de sus hogares, separados de familiares y amistades, forzados a vivir sus vidas entre extraños, no siempre bienvenidos.
….el desprecio hacia los derechos humanos  y la ignorancia de los mismos ha dado como resultado actos de barbarie que ultrajan la consciencia de la humanidad y el advenimiento de un mundo en el que los seres humanos puedan disfrutar de libertad de expresión y creencias, y estar libres de temores ha sido proclamada  la aspiración más alta para el común de la gente,
…es esencial, si los hombres no deben verse obligados a llegar al último recurso de la rebelión en contra de la tiranía y la opresión, que los derechos humanos se protejan por ley…

Si se me pregunta por qué peleo por los derechos humanos en Birmania, los pasajes anteriores dan la respuesta.  Si se me pregunta porqué peleo por la democracia en Birmania, es porque creo que las instituciones y prácticas democráticas son necesarias para garantizar los derechos humanos.
A lo largo del año pasado ha habido señales de que los esfuerzos de quienes creen en la democracia y los derechos humanos  empiezan a dar frutos en Birmania.  Ha habido cambios en dirección positiva; se han dado algunos pasos hacia la democratización.  Si aconsejo un optimismo cauteloso no es porque carezca de fe en el futuro sino porque no quiero promover una fe ciega.  Sin fe en el futuro, sin la convicción de que los valores democráticos  y los derechos humanos fundamentales  son no únicamente necesarios sino posibles en nuestra sociedad, nuestro movimiento no habría podido sostenerse a lo largo de los años de destrucción.  Algunos de nuestros guerreros han caído en el puesto, otros han desertado, pero la parte medular de ellos ha permanecido fuerte y comprometida.  A veces, cuando pienso en los años que han pasado, me sorprende que tantos hayan permanecido firmes bajo las circunstancias más adversas.  Su fe en nuestra causa no es ciega, se basa en las claras afirmaciones de sus propios poderes de resistencia y en un profundo respeto hacia las aspiraciones de nuestro pueblo.
Es debido a los cambios recientes en mi país que estoy con ustedes ahora; y estos cambios se han dado porque ustedes y otros amantes de la libertad y la justicia han contribuido para el camino hacia una toma de consciencia sobre nuestra situación, global.  Antes  de continuar hablando sobre mi país me gustaría hablar sobre los prisioneros de consciencia.  Todavía hay muchos de ellos en Birmania.  Se teme que dado que los más conocidos de ellos han sido liberados, el resto, los desconocidos sean olvidados.  Estoy aquí porque yo misma fui una prisionera de consciencia.  Mientras me ven y escuchan por favor recuerden la verdad que he repetido frecuentemente: un solo prisionero de consciencia en un prisionero de más.  Quienes aún no han sido liberados, quienes no han tenido acceso a los beneficios de la justicia en mi país son muchos más que uno.  Por favor recuérdenlos y hagan todo lo necesario  para  que sea efectiva su liberación incondicional lo más pronto posible.

Birmania es un país compuesto por muchas nacionalidades étnicas y la fe en su futuro sólo puede fundamentarse en un verdadero espíritu de unión.  Desde que logramos la independencia en 1948, nunca ha habido un momento en que se haya podido decir que todo el país estuviera en paz.  No hemos sido capaces de desarrollar la confianza y entendimiento necesarios para eliminar las causas del conflicto.  Surgieron esperanzas debido al cese al fuego sostenido entre 1990 y 2010 cuando éstas cayeron en unos pocos meses.  Un solo movimiento  descuidado puede acabar con ceses al fuego de larga duración.   En los meses recientes, las negociaciones entre el gobierno y las fuerzas de los gobiernos étnicos han progresado.  Esperamos que los acuerdos de cese al fuego llevarán a acuerdos políticos fundamentados en las aspiraciones del pueblo y el espíritu de unión.

Mi partido, La Liga Nacional por la Democracia, y yo misma, estamos listos y deseosos de jugar el papel que nos corresponda en el proceso de reconciliación nacional.  Las reformas puestas en práctica por el gobierno del Presidente U Thein Seins pueden sostenerse sólo con la cooperación inteligente de todas las fuerzas internas: los militares, nuestras nacionalidades étnicas, partidos políticos, los medios, las organizaciones de la sociedad civil, la comunidad empresarial y sobre todo, el público en general.  Podemos decir que la reforma es efectiva sólo si mejora la vida de las personas y en este sentido la comunidad internacional juega un papel vital.  El desarrollo y la ayuda humanitaria, los acuerdos bilaterales y las inversiones deberían coordinarse y calibrarse para asegurarse de que se promueva un crecimiento social, político y económico, balanceado y sustentable.  El potencial de nuestro país es enorme; debería ser nutrido y desarrollado para crear una sociedad no sólo más próspera sino una más armoniosa y democrática en la que nuestra gente pueda vivir en paz, seguridad y libertad.
La paz en nuestro mundo es indivisible; en tanto las fuerzas negativas se llevan lo mejor de las positivas en todas partes, todos estamos en peligro.  Se puede cuestionar si es posible que todas las fuerzas negativas sean removidas.  La respuesta sencilla es: “No!” está en la naturaleza humana albergar tanto lo positivo como lo negativo.  Sin embargo también está en la naturaleza humana la capacidad de reforzar lo positivo y minimizar o neutralizar lo negativo.  La paz absoluta en el mundo es una meta inalcanzable pero es una meta hacia la que debemos dirigirnos con la vista fija en ella tal como el viajero en el desierto fija su vista en la estrella que lo guía y le llevará a la salvación. Aun si no alcanzamos la paz perfecta en el planeta, ya que la paz perfecta no es de este mundo, nuestros esfuerzos comunes para alcanzar la paz unificarán a los individuos y a las naciones en confianza y amistad y ayudarán a que la comunidad humana sea más segura y amable.

Usé la palabra “amable” después de pensar deliberadamente en ella; puedo decir que es el resultado de una deliberación cuidadosa de varios años.  De los aspectos dulces de la adversidad, y permítanme decirles que no hay muchos, el más precioso de ellos es la lección que aprendí sobre el valor de la amabilidad.  Todas las muestras de amabilidad que he recibido, pequeña o grande, me han convencido de que nunca puede haber demasiada amabilidad en nuestro mundo.  Ser amable es responder con sensibilidad y calor humano a las esperanzas y necesidades de otros.  Aun el toque de amabilidad más breve puede  iluminar un corazón duro.  La amabilidad puede cambiar la vida de las personas. Noruega ha mostrado una amabilidad ejemplar al ofrecer un hogar a los desplazados de la tierra ofreciendo un santuario a quienes han sido arrancados de las amarras de seguridad y libertad de sus tierras de origen.
Hay muchos refugiados en todas las partes del mundo.  Cuando estuve recientemente en el campo de refugiados de Maela en Tailandia, conocí a muchas personas comprometidas que luchaban diariamente para hacer que la vida de sus semejantes fuera tan libre de penalidades y privaciones como fuera posible.  Hablaban de su interés por los “donadores de fatiga”, lo que podría traducirse como “Compasión por la fatiga”.  “Donadores de fatiga” se explica por sí mismo como la reducción de fondos. “Compasión por la fatiga” es un concepto menos obvio en cuanto a la reducción de interés.   Uno es consecuencia del otro.  ¿Podemos ser tolerantes con la compasión por la fatiga?  El costo de satisfacer las necesidades de los refugiados es mayor del costo implicado si fuéramos indiferentes o ciegos respecto de sus sufrimientos.  Apelo a los donadores de todo el mundo para que satisfagan las necesidades de esta gente, aunque frecuentemente pueda parecerles que se trata de una búsqueda vana, de un refugio.

En Maela sostuve valiosas discusiones con oficiales tailandeses responsables de la administración de la provincia de Tak  donde  se encuentran éste y otros campos.  Me familiarizaron con algunos de los problemas más serios relacionados con los campos de refugiados: violación de las leyes de forestación, uso ilegal de drogas, bebidas alcohólicas, problemas para controlar la malaria, tuberculosis, fiebre del dengue y el cólera.  Las preocupaciones de la administración son legítimas  al igual que las de los refugiados.  Los países receptores también merecen consideración y ayuda práctica para lidiar con las dificultades derivadas de sus responsabilidades.
En última instancia nuestra meta debería ser la creación de un mundo libre de desplazados, de quienes no tienen hogar y de quienes han perdido las esperanzas; un mundo en el que cada uno de sus rincones sea un verdadero santuario donde los habitantes sean libres y puedan vivir en paz.  Cada pensamiento, palabra y acción que se sume a lo positivo y a la integración es una contribución a la paz.  Todos y cada uno de nosotros somos capaces de contribuir de esta forma.  Unamos nuestras manos para tratar de crear un mundo  donde podamos dormir en paz y despertar felices.
El Comité para el Nóbel concluyó su declaración el 14 de Octubre de 1991 con estas palabras: “Al otorgar el Premio Nóbel de la Paz… a Aung San Suu Kyi, el Comité Novel Noruego desea honrar a esta mujer por sus esfuerzos incansables por mostrar su apoyo a todas las personas que alrededor del mundo están luchando para alcanzar la democracia, los derechos humanos y la conciliación étnica con medios pacíficos.”  Cuando me uní al movimiento democrático en Birmania nunca se me ocurrió que podría ser receptora de algún premio u honor.  El premio por el que trabajábamos era una sociedad libre, segura y justa en la que  nuestra gente fuera capaz de realizar todo su potencial.  El honor recayó en nuestros esfuerzos; la Historia nos ha dado la oportunidad de ofrecer lo mejor de nosotros a una causa en la que creemos.  Cuando el Comité Nobel decidió honrarme, el camino que había escogido libremente fue un camino a seguir menos solitario.  Por estoy doy las gracias al Comité, al pueblo noruego a todos los ciudadanos en el mundo cuyo apoyo ha reforzado mi fe en la búsqueda común de la paz. Gracias.

Traducción libre realizada por María Teresa Doring
     Julio 2012, México, D.F.

lunes, 23 de julio de 2012

Proclama en el Encuentro Nacional de Jóvenes en CEB.


XVI Encuentro Nacional de Jóvenes en Cebs
Fe y Transformación Social
19 al 22 de Julio de 2012. Diócesis de Tapachula

Proclama en el Encuentro Nacional de Jóvenes en CEB.
Las y los jóvenes en CEB siendo esperanza viva, cantamos a los cuatros vientos con amor de justicia para seguir el anuncio de la buena nueva en nuestro mundo.
Todas y todos somos hijas e hijos de Dios y de la Madre Tierra. Junto a ella trabajamos para vivir. No aceptaremos que nos nieguen trabajo. No aceptaremos la explotación y la devastación de nuestra Madre Tierra y del ser humano. Defendamos la vida de todas y todos. Escuchemos el llamado del caracol y la sabiduría de nuestros abuelos y abuelas quienes llevan en resistencia 521 años reconstruyendo la vida toda.
Las y los jóvenes en CEB anhelamos revivir el grito y canto para ser punto de quiebre en la historia, que construimos día a día. Mujeres y Hombres irrumpimos  sin miedo a decir la verdad y denunciar las injusticias que niegan la vida digna de nuestro pueblo latinoamericano.
Confiamos en la fuerza del Espíritu Santo que nos invita: unirnos, reorganizarnos para encarnar las enseñanzas de Jesus; viviendo en comunidad de comunidades podemos liberarnos de los poderosos.
Las y los jóvenes en CEB’s vemos nuestra realidad, y viviendo el seguimiento de Jesús vemos a los poderosos de nuestro tiempo. En donde su único interés es seguir aumentando su capital financiero, sus ganancias. Primero el dinero, después la Madre Tierra con sus hijas e hijos.
Las y los jóvenes en CEB denunciamos a los mal llamados medios de comunicación social, principalmente el duopolio de la televisión abierta con televisa y TV Azteca. Porque de manera parcial transmiten en función de su beneficio, y en detrimento de la sociedad solo lanzan comunicados masivos de manipulación para  tener en un monocultivo mental al pueblo. Construyamos y fortalezcamos los medios de comunicación alternativa que existen en todo nuestro territorio.
Las y los jóvenes  de México estamos indignados por el fraude electoral. Los poderosos se han encargado de querer  imponer al candidato Enrique Peña Nieto usando los peores medios como: compra de conciencias,  de estómagos vacios, reprimiendo el voto consciente, provocando miedo y odio, inducción del voto, asesinatos, etc. No les importo pisotear la dignidad, ni violar nuestros Derechos Humanos como pueblo, como nación.
Las y los mexicanos estamos hartos del cinismo de la clase política corrupta, de las empresas explotadoras tanto del ser humano como de la naturaleza, de la jerarquía eclesial que no camina junto al pueblo.
Estamos llamadas y llamados a despertar de la apatía que consume nuestra lucha, caminemos con quienes acompañan demandas de justicia social en el campo, en  la ciudad, con las y los hermanos migrantes, con pueblos originarios, con las alternativas de comercio comunitario, con víctimas y sobrevivientes de la explotación sexual infantil y juvenil, con los que promueven medios alternativos y comunitarios de comunicación, y con la diversidad de procesos de transformación social. Debemos asumir el plan de acción del movimiento social que convoca a varios movimientos como #YoSoy132 que hoy se marchara en varias partes de México, manteniendo este grito hacia la imposición de un candidato que no representa la transparencia en la decisión del pueblo. Marchemos junto a nuestro pueblo que clama justicia y vida digna. Debemos asumir el desafío de trascender la coyuntura electoral y construir una verdadera democracia participativa e incluyente con y desde el pueblo.
Ser indiferentes y apáticos es una contradicción de vida con Espíritu. El espíritu nos invita a ser creativos, creadores y mantenernos en movimiento para transformar la realidad. Encarnando el Reino de Dios en nuestro mundo,  el mundo de los pueblos, donde no manden mandando los poderosos.
22 de julio de 2012. Cd. Hidalgo Chiapas, Diócesis de Tapachula

jueves, 5 de julio de 2012

Fraude, por qué la gran recesión (documental)

DOCUMENTAL QUE TRATA LAS CAUSAS DE LA CRISIS ECONOMICA MUNDIAL Y OFRECE PROPUESTAS DE SOLUCION.

sinopsis
La gran recesión no ha sido culpa del libre mercado. Por contra, su causa debe buscarse en la profunda intervención del estado y los bancos centrales en la economía, provocando, de manera fraudulenta, ciclos recurrentes de expansión artificial, burbuja y recesión económica que terminan pagando todos los ciudadanos.




ficha técnica
título: fraude. por qué la gran recesión
año: 2012
producción: amagifilms (ver web)
duración: 68 minutos.
soporte: full hd, 2:35:1
rodaje: madrid, varsovia, londres, parís

miércoles, 4 de julio de 2012

TODOS POR LA UNIDAD (Mons. Arizmendi, 120704)


TODOS POR LA UNIDAD

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo de San Cristóbal de Las Casas
Miércoles 04 de Julio de 2012 


HECHOS

Han pasado las elecciones en nuestro país. Hubo, y hay todavía, mucha confrontación, ataques feroces de unos contra otros, desconfianzas, descalificaciones, impugnaciones, intereses no  siempre claros. Hay como tres fuertes corrientes claramente señaladas en los votos emitidos, que nos pueden dividir más, pero que también son una oportunidad de crear nuevas alianzas, de buscar consensos en lo que podemos convenir, de hacer a un lado conveniencias personales, de grupos o partidos, para comprometernos todos en el bien social común.

En nuestras comunidades eclesiales se dan también divisiones y conflictos: unos viven su fe recalcando los aspectos piadosos, y otros se esfuerzan por que incida en la vida diaria de los pueblos; unos quieren que no se toque nada de la realidad social, política, cultural, económica y religiosa, y otros juzgan esa actitud como incompleta, porque están convencidos de que la fe debe iluminar y promover un cambio integral, para que en verdad colaboremos a que se haga presente el Reino de Dios. Unos han encontrado a Dios en un retiro de alguno de los nuevos movimientos eclesiales y su vida ha cambiado sinceramente; otros ven en esos movimientos un peligro de espiritualismo desencarnado, sin compromiso profético. Esto ha llevado, en algunas partes, a construir capillas distintas, cada grupo para sus seguidores, sin lograr una coordinación pastoral que refleje la única fe en Jesucristo. No siempre somos casa y escuela de comunión, pues cada quien sigue su propia espiritualidad, juzga, condena y excluye otras formas de vida cristiana.

CRITERIOS

La escena entre Caín y Abel refleja lo que llevamos muy dentro de nuestra humanidad: la envidia, no aceptar que el otro es mejor y más aceptado, sentirse el único y que otros no tienen los mismos derechos. Lo mismo pasa entre Saúl y David: éste es aclamado por la multitud, y el rey Saúl intenta deshacerse de David. Los apóstoles también reflejan esta ambición de pretender los mejores puestos, sin importarles los demás. Esta tendencia de actuar como quienes creemos que tenemos toda la verdad y que nuestro camino no sólo es el mejor, sino el único, nos marca a todos sin excepción.

Jesucristo nos viene a enseñar todo lo contrario: que somos hermanos, que la grandeza de alguien es amar como Dios; es hacer a los otros sólo el bien y nunca el mal; es servir y desgastar la vida para que los demás tengan vida digna; es apreciar los valores del otro, aunque sea de una línea o tendencia diversa o contraria a la mía; es reconocer los propios errores y limitaciones; es hacerse humilde y aprender de los demás; es no ambicionar lo que no me corresponde; es buscar el bien de la comunidad, más que el interés personal. Sólo quien tenga estas actitudes cristianas, es capaz de ser constructor de unidad y de armonía en la sociedad. Y ahora es el momento de demostrar quién ama en verdad a su patria y es capaz de sacrificarse por su pueblo, y quién con sus hechos demuestra no ser digno de confianza; quién tiene corazón grande y mente abierta para construir justicia y paz junto con otros, y quién se encierra en sí y en los de su grupo.

PROPUESTAS

Hagamos a un lado las condenas de unos contra otros, y unámonos en todo cuanto ayude a vencer la pobreza y la incertidumbre. Pongamos en común nuestras inquietudes y busquemos coincidencias, con la mira puesta en el bien de la comunidad. Valoremos las propuestas e iniciativas de los otros, y seamos humildes para ceder en las nuestras. Superemos el pasado y seamos capaces de perdonar con el corazón. Unamos esfuerzos los diversos niveles de gobierno, instituciones legislativas, empresarios, educadores, comunicadores, líderes sociales, asociaciones religiosas, para superar divisiones destructivas, para ser hermanos contra la marginación y la violencia, para contrarrestar la inseguridad y el narcotráfico, para que los jóvenes tengan alternativas esperanzadoras, para que los campesinos e indígenas vivan con dignidad. Sólo quien es humilde y generoso para renunciar a sí mismo y para construir con otros la unidad, es un buen ciudadano y un buen cristiano.

martes, 3 de julio de 2012

IX Enc. Latinoamericano y Caribeño de CEBs (Junio-2012)

PROCLAMA DEL IX ENCUENTRO LATINOAMERICANO Y
CARIBEÑO DE CEBS.
DEL 16 AL 21 DE JUNIO DEL 2012.
San Pedro Sula, Honduras

“De lo más profundo de todo aquel que crea en mí brotarán ríos de agua viva”
(Jn 7,38)
En el contexto del 50 aniversario del inicio del Concilio Vaticano II, de los 44 años de la 2ª conferencia Episcopal latinoamericana de Medellín, desde San Pedro Sula, Honduras, los 180 participantes en el IX Encuentro latinoamericano y caribeño de las Comunidades Eclesiales de Base, enviamos un saludo fraterno a las hermanas y hermanos de los 17 países de América Latina y del Caribe, de EEUU y Filipinas, representados en este Encuentro.
Con gran preocupación nos hemos dado cuenta que en nuestros países continúa dominando el sistema neoliberal autoritario que expande la criminalidad, la desigualdad económica y social; destruyendo la vida de millones de personas y la creación. Que son países productores y consumidores de droga, en los que el crimen organizado crea inseguridad creciente y ha llegado a controlar territorios. Viven el problema de la migración. Hay un deterioro creciente del medio ambiente, por la explotación irracional de los recursos naturales. Sin embargo, los movimientos sociales emergentes y en algunos lugares, la misma Sociedad civil están presionando para que esta situación cambie y crean propuestas alternativas. 
 Ante esta realidad de muerte, nos anima la esperanza, en una sociedad que defienda y promueva la vida digna y que ya se hace realidad en hechos pequeños o grandes articulados. Jesús es el Agua que se convierte en nuestro interior en un manantial de Agua viva (Cf. Jn 4, 14). Las Comunidades Eclesiales de Base son la fuente de la cual brota el Agua viva. Ellas como el Agua, dan vida, son fuente de  energía para enfrentar las dificultades que se presentan en el cumplimiento de la tarea de contribuir para que el Reino de Dios acontezca ya desde este mundo, ellas, como el agua, son discretas, no se hacen notar, pero están presentes, acumulan fuerza y  purifican.
Ellas tienen su raíz en Jesús, el Evangelio de la vida. Como El, viven y sienten el dolor de los empobrecidos; como él anuncian la buena nueva a los pobres, la liberación a los oprimidos,dan luz a los ciegos, y anuncian el año de Gracia del Señor (Cf. Lc 4, 18-19).  Como él, las CEBs sanan a los enfermos, hacen caminar a los paralíticos, hacen oír el clamor de los pobres, resucitan a los que tienen muerta la esperanza (Cf. Mt.9, 35-36)
Ellas unen la fe con la vida, porque son lugar de  encuentro con Dios y con los hermanos y hermanas, de encuentro con el perdón de Dios y donde se comparte el Pan de la Palabra, de la Eucaristía y el pan que nos hermana; en ellas se vive y profundiza la espiritualidad de Jesús y su propuesta del su Reino y la mística.  Buscan incidir en la economía del mercado total con la gratuidad, en la exclusión con la proximidad y en la corrupción con la ética de la honestidad y del servicio.
Ellas son expresión del proyecto comunitario de Jesús, que se esfuerzan por vivir su identidad de Iglesia, ahí donde el Pueblo se juega la vida. Son Comunidades ecológicas, que por ser comunidad y por no tener hambre de Oro, sino de Pan, se esfuerzan por convertir este modelo de desarrollo basado en el hambre de oro, de explotación de la persona humana y de la naturaleza, en un modelo fundado en la dignidad de la persona y en el amor.
El relanzamiento que iniciamos en el VIII Encuentro en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, ha tenido resultados positivos en la formación, en la articulación, en la reanimación de las Cebs., que se habían perdido o estaban en las catacumbas y en la apertura y participación en luchas y movimientos sociales. Vemos conveniente para los próximos cuatro años, el fortalecimiento y la consolidación de estos logros.
La presencia y participación de los jóvenes en este IX Encuentro ha sido muy significativa y esperanzadora, y son una interpelación a nuestro caminar. De igual forma, la participación de calidad y más propositiva de la mujer ha sido notable. Nuestra espiritualidad se enriqueció con los momentos de oración enraizada en la pluriculturalidad de nuestros pueblos, que nos coloca ate el desafío de una propuesta evangelizadora intercultural.

Reasumimos en este Encuentro el Relanzamiento de las Cebs. en una nueva etapa, y asumimos como compromisos, en relación con la ecología la articulación con el bien vivir, la migración, el fortalecimiento de las CEBs y la promoción de los jóvenes.
Queremos terminar esta proclama rogando al Padre-Madre de todos y todas, a Jesús, el fundamento de nuestras Iglesias, y al Espíritu, nuestra fortaleza:

Padre, no queremos que el viento
sople más fuerte en nuestras casas y
apague la vela de la esperanza
en un futuro cada vez más incierto;
 queremos el fuego fuerte de tu Espíritu, que siempre venza.
No queremos seguir trabajando de sol a sol,
para que el amo se quede con nuestro sudor,
con nuestra comida, con nuestro dinero, con nuestro esfuerzo.
Queremos dignidad para luchar por lo nuestro.
Seguiremos clamando que Tú ves
el sufrimiento de tus hijos e hijas y que has bajado para liberarlos.

Tu cuerpo, nuestro cuerpo, Señor Jesús,
ha de tener los ojos profundos, imperturbables,
serenos, acusadores y consoladores de Oscar Romero.
Tu cuerpo, nuestro cuerpo,
ha de ser radicalmente fiel como Francisco de Asís.
Tu cuerpo nuestro cuerpo,
pretende ser incansable y fuerte,
como lo fue fray Bartolomé de Las Casas.
Tu cuerpo, nuestro cuerpo
ha de ser cercano como lo fue con los indígenas,
Mons. Leónidas Proaño.
Tu cuerpo, nuestro cuerpo,
Ha de exhalar el hambre de verdad,
que desprendía Mons. Gerardi.
Tu cuerpo, nuestro cuerpo,
ha de ser testimonio firme y consecuente como
 Lo fue el obispo Angelelli[1].

Señora de la esperanza, sostén el ritmo de nuestra espera
en el Reino que ya despunta en nuestra
América Latina.


LOS PARTICIPANTES AL
IX ENCUENTRO LATINOAMERICANO
DE CEBS.



[1] RODRIGUEZ MARTIN J. R. Cuerpo humano, Lectura martirial de 1 Cor 12,12. www.servicioskoinonia/org/martirologio/textos/cuerpo.htm