sábado, 6 de marzo de 2010

LAS CEBs HOY DÍA - Esperanza o Frustración

LAS CEBS HOY DIA-
ESPERANZA O FRUSTRACION

P. José Marins
Sacerdote brasileño,
asesor latinoamericano de CEBs.
Año de 2009

I. VER, JUZGAR Y ACTUAR

1. VER. Desinterés, hostilidades y ambigüedades

La imagen de las CEBs sufrió un cambio considerable en las últimas décadas. La mayoría de las diócesis, de las parroquias, de los presbíteros y de las religiosas, así como los seminaristas, ya no tienen ningún interés en ellas. Algunos jamás tuvieron ni el tiempo ni la disposición para informarse seriamente sobre este asunto, y se quedaron con los prejuicios divulgados por los medios de comunicación o por los ambientes eclesiásticos opositores. El hecho es que se volvió endémica una especie de “alergia” en relación con las CEBs.

El documento que se sometió a votación y fue aprobado por los obispos en la Asamblea General del Episcopado en Aparecida, sufrió una intervención que nada tiene que ver con la tradición eclesial. Aprobado oficialmente por los Obispos de América Latina y el Caribe, el documento fue corregido por Roma sin dar ninguna explicación de su intervención; lo cual dejó perplejos a muchos analistas, puesto que no era un documento sinodal, sino un texto aprobado por los Obispos participantes en la Asamblea General de los Obispos americanos y caribeños.

Lo que salió a relucir en la intervención de la cúpula eclesiástica, sin embargo, no está lejos de lo que muchos dentro de la iglesia piensan hoy de la opción por las CEBs hecha por la Asamblea de Medellín (15,11):

“Cuando ustedes hablan de las CEBs, tengo la sensación de estar oyendo hablar de un troglodita. Ellas ya desaparecieron o están en vías de extinción”.

“El ‘movimiento’ de las CEBs se pervirtió, convirtiéndose en el brazo religioso de las instancias políticas de izquierda: son la teología de la liberación disfrazada o de plano militante en la pastoral. Esta es una opinión bastante frecuente entre los Obispos, presbíteros y diáconos, así como entre las personas que participan en los movimientos eclesiales.

¿De dónde proviene esa reacción con respecto a las CEBs?

En un primer momento hubo mucha curiosidad, inclusive entusiasmo por lo que se pensó serían las CEBS, lanzadas en la Asamblea de Medellín.

La prensa capitalista y las dictaduras militares que tenían el poder en la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños, se aliaron inmediatamente y comenzaron su campaña frontal contra los lineamientos de la segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín

En la época de la Asamblea de Puebla ya se habían multiplicado los mártires- prisión, torturas, muerte- en países como Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Panamá, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia.

Después de Santo Domingo, los movimientos, sodalicios y algunos otros del mismo corte, se volvieron más importantes y tuvieron más apoyo desde el Vaticano hasta las diócesis y las parroquias.

Aparecida dejó grandes ambigüedades en relación con las CEBs: reafirmó la línea de Medellín y al mismo tiempo introdujo la expresión “pequeñas comunidades eclesiales” que –o no se sabe exactamente lo que son; o por lo contrario, el concepto de iglesia de raíz (célula eclesial) queda muy debilitado, al transformar en CEBS cualquier expresión de pastoral que sea pequeña (pocos miembros) y que represente algo comunitario.

Además de eso, la imagen de las CEBs aparece distorsionada, como si fuera una realidad eclesial exclusiva de laicos (generalmente laicas, es decir, mujeres y por cierto no muy jóvenes), pobres, de ambiente rural o habitantes de las periferias de las ciudades, confundiéndolas con movimientos sociopolíticos, o con más benignidad, catalogándolas como grupos bíblicos o de oración.

2. DISCERNIR

¿Cómo discernir con objetividad para orientarnos en medio de este torbellino o de ambigüedades, agresiones y condenaciones tan generalizadas? ¿Cuál es la identidad y la potencialidad de las CEBs, prescindiendo de sus posibles equivocaciones circunstanciales?

Un discernimiento honesto nos llevará a distinguir:

-Entre lo que es el modelo y lo que constituye la esencia constitutiva de las CEBs; lo que pertenece a una determinada coyuntura histórica y lo que viene de la misma Biblia. Señalar con toda precisión lo que se manifiesta en diferentes estilos desde las primeras comunidades del Nuevo Testamento hasta las CEBs que tenemos hoy en día.

Es decir, lo que apareció en el modelo histórico de las CEBs fueron posiblemente respuestas adecuadas a las circunstancias de las décadas de los 70s, 80s, 90s. No fueron ni podrían ser la expresión cabal y permanente (en forma dogmática) de lo que es ser la instancia de base, de raíz de la iglesia, poniendo en riesgo la esencia constitutiva y teológicamente normativa de las CEBs como primer nivel de iglesia local.

Distinguir también el contenido sacramental de la iglesia (diócesis, parroquia, CEB) y lo que esta en el área de los carismas (movimientos, congregaciones, asociaciones). Lo sacramental, además de ser normativo, es permanente, global, señal y primicia del reino… Lo carismático está en función de lo sacramental, es transitorio, opcional, específico y complemento de la acción eclesial.

Distinguir entre que es evento transitorio y de corto alcance – un programa, grupo, actividad circunstancial-, área de servicios o de organizaciones necesarias para la vida eclesiástica, de aquello que es, como las CEBs, instancia de raíz en la iglesia. Las CEBS, efectivamente, contienen en germen todo lo que es ser iglesia… dimensiones, aspectos, que no se reducen a un programa o técnicas, sino que serán oportuna y progresivamente desarrollados: palabra, culto, servicio, comunidad y misión.

Distinguir entre lo que e membrete (“de base”), de lo que es la propia esencia de las CEBs. Lo primero puede cambiar, lo segundo es intocable. Sin embargo en circunstancias concretas, una buena estrategia puede aconsejar no cambiar una terminología que fue consagrada por varias encíclicas papales y cuatro Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano y Caribeño (Medellín, Puebla, Santo Domingo, Aparecida).

De hecho:

1. La CEB fue difícil de aceptar por varios aspectos que le son propios, y que son profundamente eclesiales, configurando un modelo pastoral teológico diferente de aquel para el que son formados los presbíteros y en el que tienen invertir todo su potencial y su vida productiva.

a) Las CEBs tienen como horizonte, mística fundamental y referencia operativa la perspectiva del Reino de Dios y del nuevo Pueblo de Dios, del cual son señal y primicia privilegiada.

b) Están insertas vitalmente en el ambiente donde se encuentran y se preocupan por llevar, identificar y a acoger las semillas del reino donde quiera que se encuentren; están donde está el pueblo. Su preocupación primordial, como punto de partida, no es llevar a la gente al templo o a los sacramentos, sino ayudar a que cada ser humano encuentre al Dios vivo y se relacione con El, con la vida de Dios, con los que están presentes en su vida y que entran dentro de sus relaciones. Realmente están convencidas que el Amor a Dios y al prójimo, según la enseñanza de Jesús, resumen toda la ley y los profetas; el amor al prójimo es lo que realmente da vida eterna.

En medio de los bautizados, las CEBs se preocupan primero en formar misioneros, más que ministros extraordinarios de la administración parroquial.

a) Desarrollan una pedagogía de inserción, formación y acción bien consistente, que se concretiza en el ver, juzgar, actuar, evaluar y celebrar, comunitariamente, como Iglesia.

b) Ponen su mística y capacidad operativa en el binomio comunidad y misión, como los dos movimientos vitales de ser iglesia: comunidad misionera y misión comunitaria.

c) Transforman a los laicos en protagonistas de la comunidad eclesial, pero no como peones, que sólo ejecutan los programas de los ministros ordenados. Los laicos son sujetos de la misión y no sólo objetos a disposición de los jerarcas de la iglesia.

d) Se entienden a sí mismas, unidas a las parroquias y diócesis, no como sucursales de una estructura pastoral internacional, sino como iglesias locales, con la gracia de Dios para ser fermento, sal, luz en su realidad. Tienen en gran estima el magisterio local de sus pastores y junto con ellos, acogen de manera orante y operativa la Palabra de Dios.

e) Se preocupan por su acción profética, dictada por el amor del Evangelio, como anuncio, denuncia y convocación, teniendo como objetivo colaborar en la construcción de un mundo de acuerdo con la propuesta de Dios tal como nos lo dice Jesús.

3. ACTUAR. PERSPECTIVAS OPERATIVAS

Frente a la responsabilidad eclesial de entender y acoger el acontecimiento y el proceso de las CEBS hay algunas convicciones, actitudes, y señales que tenemos que poner en práctica de forma inmediata:

A) Primera referencia

Las CEBs son un acontecimiento cualitativo, del orden de la gracia de Dios, más cristológico que eclesiológico (sencillez, desproporción entre lo que queremos hacer y nuestra debilidad, pobreza, discreción, profetismo, fermento, cruz, resurrección, Pentecostés. Son una forma de entender y acontecer original de la iglesia local.
Por eso se identifican:

a) Por la meta de ser la comunidad que es imagen y al mismo tiempo dinamismo del crucificado que resucitó y da sentido (orienta) a la vida (hoy), a causa de un sueño que empieza a hacerse realidad. El Reino continúa deslumbrándonos, principalmente donde menos esperábamos encontrarlo y se encuentran vestigios de su presencia en los lugares más apartados.

b) Por el punto de partida –“locus”, el lugar, la realidad donde la Providencia de Dios las puso, ahí donde el pueblo está exponiendo su propia vida. La preocupación principal no es el edificio, ni la escasez de ministros ordenados para administrar los sacramentos, o los problemas propios de la institución eclesiástica, sino que siempre se están preguntando: ¿Dónde está el pueblo? ¿Dónde está Dios? ¿Dónde estamos nosotros? ¿Dónde deberíamos estar como iglesia?

c) Por el método: partir de la realidad, analizarla a la luz de la fe y transformarla de acuerdo al proyecto del Reino propuesto por Jesús.

d) Por los agentes de la misión que no pueden reducirse a sujetos con características muy especiales, sino que debe ser una comunidad de Jesús, formada por santos y pecadores en camino de conversión.

B) Segunda referencia

Las crisis que hoy aparecen en relación con las CEBs, en realidad, tienen que ver con el modelo teológico-pastoral del Vaticano II; es una crisis de la iglesia institucional en el mundo contemporáneo, y finalmente crisis del mundo que perdió su punto de referencia vital. Sus “progresos” terminan destruyendo a las personas y a las naciones. Acontece una crisis general de desconfianza, y el miedo comenzará a despertar, primero, actitudes arrogantes; después, sumamente peligrosas –primero tomar una actitud defensiva; enseguida atacar para no dejarse sorprender por los enemigos que se cree encontrar en todas partes.

C) Tercera referencia

Es urgente una nueva reflexión de fe que no prescinda del análisis coyuntural, para poder interpretar lo que está sucediendo y darle una orientación positiva. Por lo que se refiere a la iglesia católica, la teología no puede contentarse con repetir una reflexión de fe típicamente medieval o propia de la época del Concilio de Trento. En aquel momento fueron importantes elaboraciones de la revelación, en un mundo absolutamente diferente del que hoy nos rodea. Respondieron a otros cuestionamientos, a otras urgencias. La reflexión teológica no sólo es el campo de los especialistas, sino del pueblo fiel. Sería importante volver a valorizar el “sensus fidelium” (el sentido de la fe que los fieles cristianos tienen siempre, como don del Espíritu de Dios).

a) Es tarea urgente del cristianismo desoccidentalizar la fe, la iglesia, la salvación. Definitivamente, no hacerla coincidir con Europa, y menos con el Mediterráneo norte. La filosofía griega y la capacidad que los latinos tuvieron de organizar no tienen el monopolio de la fe que profesamos. Su tradición es importante, pero no es normativa como el Nuevo Testamento. La conversión al cristianismo obviamente no es adherirse al modelo de aquella parte del mundo que tiene en sus manos el poder eclesiástico universal.

b) Los pobres, los excluidos, los perseguidos, los que padecen injusticias y las grandes multitudes de migrantes, reciben esporádicamente el apoyo material y espiritual de parte de los cristianos, pero no cuentan con células eclesiales que surgiendo en medio de ellos, transformen a esas personas en sujetos de liberación y artífices de una nueva humanidad. La iglesia ha sido maternalista y defensora, pocas veces educadora a partir de la base humana o tal vez inhumana donde se encuentran las personas.

c) Desclericalizar –La Iglesia de CEBs (no sólo con CEBs) tiene que comprometerse decididamente en el esfuerzo por capacitar a los laicos para que asuman el proceso de las CEBS, y no dejarlos a merced del interés o desinterés de los ministros ordenados y de las autoridades eclesiásticas en turno, tanto a nivel diocesano como parroquial.

d) Las comunidades eclesiales de hoy en día, según el modelo eclesial en donde se encuentran, están mucho más orientadas a las devociones, sacramentos y actividades intraeclesiales. Los movimientos católicos están más cercanos al modelo clerical (quieren que los presbíteros san sus capellanes, y no coordinadores que están al frente de la misión eclesial en la cual los movimientos deben integrarse). La línea pentecostal está más cercana a la religión popular, recibiendo vida y entusiasmo a través de las experiencias emocionales intensas, eventos extraordinarios que son respuestas inmediatas a las grandes necesidades de salud, trabajo, éxito en la vida.

e) La vida eclesial necesita descubrir que la casa (la iglesia de casa) tiene más legitimidad en la tradición cristiana que el mismo templo (sin excluirlo obviamente). La iglesia de la base no se reduce a una aglomeración de mujeres o sólo de adultos. Por su misma naturaleza es de todos: hombres, mujeres, jóvenes, niños, adultos y ancianos, enfermos y otras personas de cualquier cultura, raza o nación. Y la CEB, siendo la pequeña iglesia, no es sólo un grupo de oración, de denuncia social o de militancia política (como comunidad nunca será partidista). Es una comunidad de laicos (con limitaciones, pecadores, pero con un potencial evangelizador).

D) Cuarta referencia: revisar las respuestas inadecuadas y las esperanzas frustradas

Frente al desinterés que a veces se vuelve hostilidad manifiesta, puede haber una reacción incoherente: querer impresionar por la cantidad, por los documentos que se producen, por la organización, por la pobreza, o aun queriendo comprar la simpatía de aquellos que estructuralmente nunca irán a sintonizar con las CEBs.

Alternativas:

- Salvar la parroquia o revisar la función de la parroquia.
- Remediar la falta de ministros ordenados o revisar la función del ministro ordenado.
- Recuperar a los católicos que se fueron o quitar las causas por las que se fueron. a las sectas
- Ocupar el lugar de la Acción Católica o hacer un análisis crítico de lo que habría sido el papel de la acción católica especializada y su legado.

II. LA REFERENCIA BÍBLICA ILUMINADORA: LA IGLESIA DE ANTIOQUÍA DE SIRIA.

La Iglesia de Antioquía de Siria ha sido el parteaguas entre el cristianismo y el judaísmo. Hay aspectos que coinciden con la situación que estamos viviendo en las CEBs de hoy día, que también está siendo un parteaguas entre el modelo eclesial de Trento y el del Vaticano II.

He aquí algunos aspectos que nos ayudarán a entender la situación de entonces y la de ahora.

1. En Antioquía de Siria, el proceso de la iglesia local no comenzó después de una consulta y la subsiguiente aprobación de la iglesia madre de Jerusalén. Nació como fruto de la acción del Espíritu Santo, cuando todo hacía pensar que era imposible que surgiera una célula eclesial local.

a) Con las CEBs sucedió algo semejante. Muchas comunidades nacieron por iniciativa de los cristianos perdidos en el inmenso contexto de sus vidas, sin tener una aprobación previa de la parroquia. Sólo con el tiempo pudieron ser identificadas, reconocidas, apoyadas (aunque no siempre). Nunca se separaron de las instancias eclesiales oficiales, pero pocas veces fueron aceptadas en su identidad original. Casi siempre se intentó transformar las CEBs en miniparroquias o en grupos parroquiales actuando en las áreas menos atendidas por las estructuras parroquiales existentes, con la intención de que ayudaran a encaminar a los bautizados a sus respectivas parroquias.

2. Los sujetos que iniciaron la “aventura” cristiana, fueron los helenistas (no suficientemente valorados por la “sólida” tradición religiosa de la comunidad hebrea de Jerusalén). Ninguno de ellos era escriba, rabino o doctor de la ley.
Los militantes de las CEBs no suelen ser los líderes oficiales de las parroquias. Éstos están tan ocupados en el mantenimiento de las estructuras y servicios que ya existen, que, por consiguiere les falta visión, tiempo y disponibilidad para entender y desarrollar un nuevo modelo de base eclesial.

3. Los pioneros fundadores de la Iglesia de Antioquía eran todos extranjeros, evidentemente con poco conocimiento de la lengua y costumbres locales de Siria. Habían sido educados en el judaísmo. Ser cristiano para ellos no había significado una ruptura con su fe fundamental en el Dios de los antepasados. Jesús era la plenitud de todo lo que habían amado y por lo que habían vivido. Por eso, en gran parte eran portadores de un “judaísmo” que orientaba la moral, la vida familiar, las esperanzas mesiánicas, etc. (como se deducía del cuadro de referencia al que hacían referencia, fundamentado básicamente en las Escrituras Sagradas y en las tradiciones hebreas).

Las comunidades de base tuvieron que contar con “extranjeros” en relación a la vida ordinaria de las parroquias. A veces nacieron entre los migrantes de los países de nuestro inmenso mundo de tradición latina.

4. Los entusiastas propagadores de aquella experiencia religiosa nueva, no tenían el prestigio de “títulos académicos” – no habían sido discípulos de los maestros reconocidos del judaísmo. No eran de las elites ligadas al Templo y las sinagogas. Y sobre todo, precisamente por razones religiosas habían sido perseguidos y tuvieron que dejar su propio país. Eran en cierta medida “excomulgados”.

Las CEBs son, en general, espacios donde se encuentran los cristianos menos importantes y menos intelectuales. No dominan esquemas académicos o una teología sistemática. Son personas profundamente tocadas por la experiencia de Dios y con poca experiencia de una iglesia tradicional.

5. Los mismos seguidores de la Ley de Moisés y de las tradiciones del Pueblo de Dios, entendieron luego, así como también muchos judíos que vivían en Antioquía, que se trataba de gente que era más bien seguidora de un tal Jesús, que según ellos, sería el Ungido (Cristo en griego) de Dios. Por eso, pasaron por primera vez a ser llamados cristianos.

En las CEBs, lo primero que ha atraído es la imagen del Jesús histórico y su propuesta del Reino. Algunos miembros tuvieron una experiencia pastoral más significativa, pero la mayoría de los participantes de una CEB viven en el mundo de la religiosidad popular, con sus ambigüedades y valores.

6. Para los judíos era extraño y obviamente equivocado pensar en una práctica religiosa que no estaba ligada al Templo y a la sinagoga. Los recién llegados “cristianos”, aun respetando las Escrituras, iban más lejos y hasta contradecían lo que había sido dicho a los antiguos

Las comunidades eclesiales de base no tienen templo, ni capilla… generalmente se reúnen en casas y en lugares poco “sagrados”. Continúan frecuentando los templos y principalmente los líderes de las CEBs mantienen una práctica religiosa fiel a la misa dominical (en las ciudades). En las áreas rurales, la llegada de un sacerdote a las CEBs es siempre motivo de gran alegría.

7. Para los mismos judeocristianos de Jerusalén (judaizantes), aquello que estaba pasando en Antioquia era extraño y se preguntaban: ¿Qué los unía a la Iglesia madre? ¿Quién les había dado su aprobación? ¿Quién los asesoraba en la vivencia de la fe, si entre ellos no había ningún rabino., doctor de la Ley, sacerdote o levita, diácono o del consejo presbiteral de Jerusalén? ¿A cuál de los doce Apóstoles estaban unidos?

La gente de las CEBs no siempre trabaja en la vida parroquial ordinaria, dando catecismo, siendo ministro extraordinario de algo; aunque a veces puedan pertenecer al coro o al consejo parroquial, para ellos la misión es lo que llena sus vida, el testimonio de fe y del amor en un mundo violento e inhumano, es donde se están jugando la vida.

8. En Antioquía aceptaron en la nueva comunidad de salvación a los paganos, sin exigirles la pertenencia explícita al pueblo escogido por Dios a través del rito de la circuncisión y guardando la legislación con respecto a los alimentos (kosher).

Es difícil identificar a los miembros de las CEBs por las prácticas ordinarias en las parroquias.

9. En la capital de la Siria, los paganos cristianos pasaron a ser la mayoría en cantidad de la nueva comunidad de Jesús. Aun teniendo la misma fe que los de Jerusalén, ellos privilegiaban las exigencias de pertenencia a la comunidad y las prácticas misioneras.

Los pecadores y los menos preparados son la mayoría de las CEBs. Viven lo esencial de la fe, pero no siempre cumplen con las tradiciones mantenidas por los cristianos de las parroquias y movimientos.

10. Sintiendo la necesidad de una formación más segura, en Antioquía llamaron a un rabino que había sido alumno de Gamaliel (nieto de Hilel). Pensaron que ciertamente el hombre de Tarso garantizaría la fidelidad a las raíces judías y al mismo tiempo daría una perspectiva aceptable del nuevo “Camino”. Y el convertido de Damasco, a lo largo de los años, en ese aspecto fue más conflictivo que conciliador.

Hay un lugar donde los miembros de las CEBs acuden constantemente para su formación. Sus miembros encuentran tiempo y los medios para participar en diferentes cursos de formación bíblica, pastoral, etc.

11. La nueva comunidad de Antioquía creó un equipo de coordinación colegiada, formada completamente por extranjeros: Bernabé de Chipre, Paulo de Tarso, Simón el Negro y Lucio de Cirene, claramente de ascendencia africana, Manahem, compañero de infancia de Herodes, originario de Idumea.

Las CEBs no se preocupan que al principio sus coordinadores y animadores sean nativos del área donde ellas nacen; de hecho, la mayoría de los miembros de la comunidad son de otros lugares.

12. Antioquía comenzó a tomar iniciativas que iban más allá de lo que era la atención pastoral local. Motivada por la predicación del profeta Agabo, hizo una colecta, para ayudar a los pobres de la Iglesia de Jerusalén.

Las CEBs tienen un instinto evangélico muy refinado para crear iniciativas en favor de los necesitados de su medio. Descubren cómo hacer visitas a los enfermos, presos, cuidan a niños abandonados, establecen comedores populares para atender a los pobres de las calles, socorren a mujeres oprimidas, enfermos y gente que vive sola. Hacen denuncias valientes y proféticas contra las injusticias y abusos de poder.

13. Las grandes iniciativas en favor de las misiones a los gentiles no surgieron a partir de la Ciudad Santa y del grupo claramente coordinado por alguno de los doce (Pedro) y con la presencia de otros tan impotentes como Juan y Santiago, el hermano del Señor.

Las CEBs no crecen por la presencia de las personas que ya están en algún trabajo pastoral. Es muy raro que tenga la presencia de un presbítero o de un diacono de modo constante y significativo.

14. Pablo y Bernabé, volviendo del viaje misionero informan a la comunidad de Antioquía de los cambios que introducían en la formación de las nuevas comunidades locales de los seguidores de Jesús.
Todo lo que cualquier miembro de la CEB lleva a cabo, o es decidido en comunidad, o es luego comunicado a ella, pidiendo su apoyo y aprobación

15. La crisis que ya estaba latente en Antioquía hizo que se convocara a una reunión para aclarar y tomar decisiones en Jerusalén con las columnas de la Iglesia: Pedro, Juan, Santiago.

Tarde o temprano es necesario dar a conocer a la iglesia madre (parroquia) lo que se está haciendo en las bases. Algunas experiencias necesitan discernimiento y apoyo del nivel superior que es la parroquia.

16. La estrategia del equipo antioqueno fue hablar de la experiencia y no sólo de teorías. El testimonio de Tito llevado a la reunión de Jerusalén, significó una simpatía especial por lo que se hacía a partir de la comunidad que había nacido en Siria.

Lo que siempre convence a los que no conocen las CEBs es su testimonio y son las experiencias de sus miembros, de sus actividades e iniciativas.

17. La decisión de la reunión de Jerusalén (Hechos 15, 7-29) es en cierta forma sorprendente: se divide el mundo: Pedro y los de la Ciudad Santa continuarán donde estaban, con los judíos; la nueva comunidad va a asumir la mayor parte del mundo, los paganos. Se proclamó que la unión entre ambas experiencias cristianas sucedería por la ayuda proporcionada a los pobres. (Gálatas 2, 9- 10)

Llega el momento en que la estructura parroquial decide delegar a las CEBs el inmenso campo de las personas a las que nuca se llega y ella continuará cuidando de las estructuras que deben permanecer.

18. Pero el mismo Pedro, puso en riesgo los que se había decidido en Jerusalén, actuando ambiguamente con ocasión de su visita a Antioquía, poniéndose de parte de los judíos conservadores. Bernabé también fue cómplice de esa doblez en la manera de actuar de Pedro. Pablo públicamente los denunció. A partir de ese momento Paulo forma un nuevo equipo misionero con Silas, y Bernabé sale rumbo a Chipre acompañado por Juan Marcos (Gal 2, 11-14).

Las CEBs conocieron y conocen a muchos que vuelven “hacia atrás”. Hechos escandalosos provocados por diversas infidelidades de algunos han sacudido a las CEBs poniendo a prueba la fidelidad y la perseverancia de los demás.

19. De Antioquía salió un equipo de judaizantes que recorrió los mismos caminos de Pablo y Silas, para desautorizarlos; lo cual evidentemente provocó la ira de Pablo y de ahí nacieron las cartas contundentes a los Gálatas.

Ha habido condenaciones públicas sistemáticas a las CEBs. Los sacerdotes que se dedicaban a acompañarlas son trasladados a otros sectores de la diócesis; en otros lugares se prohibió a la gente de CEBs reunirse fuera del recinto parroquial. Los pastores ni podían acompañarlas, ni permitían que se reunieran.


CONCLUYENDO

Aunque las experiencias de CEBS hayan sido limitadas y hasta conflictivas, en algunos lugares el desafío continúa. La Iglesia en todas sus instancias está frente a la ineludible responsabilidad teológico-pastoral de reconstruir su nivel de base, sus raíces. Sin ellas todo el cuerpo eclesial -tronco, hojas, flores, frutos- estarán amenazados.

La tarea es urgente y es de todos.

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Notas al pie de página


1. Hasta el momento no se sabe qué dicasterio.

2. Los sínodos episcopales convocados por el Papa, funcionan como una instancia de asesoría al Sumo Pontífice. Todo lo que se discute puede o no ser agregado a un documento del magisterio papal. La asamblea general de un episcopado ejerce pública y oficialmente su magisterio. El gesto fraterno de comunión con “Pedro”, primus inter pares (el primero entre los iguales) creó la tradición de enviarle lo que ya ha sido sometido a votación, para su conocimiento y posibles sugerencias.

3. Ese era el comentario de una coordinadora de pastoral familiar de la diócesis de Foz do Iguacu, Pr., Brasil, en los últimos días del mes de mayo de 2009. Lo triste es que esa frase no representa un hecho aislado ni una opinión rara.

4. Los seminaristas de teología que visitamos en diferente laurees del continente nos dijeron que “a partir de Medellín y por causa también de las CEBs se creó una gran confusión y falta de espiritualidad dentro de la iglesia, cuyos estragos todavía permanecen”.

5. La Asamblea de Medellín lanzó las CEBs a nivel continental, como la primera instancia, etc. (15,10).

Puebla las pone como nivel de base de la estructuración eclesial, junto con la Parroquia y en la misma línea de la sacramentalidad de la iglesia diocesana.

Santo Domingo pone en evidencia la campaña contra ellas: salen de donde Puebla las había colocado y se colocan al lado de los movimientos.

“Ecclesia in America” quitó lo que había sido aprobado por los Obispos en el No 47, en el cual se manifestaba un aprecio especial por las CEBs. Como se trataba de un Sínodo, el haberlas excluido no provocó mayores problemas dentro de la Iglesia. No sucedió lo mismo con la cuarta redacción de Aparecida, que fue aprobada por la mayoría de los obispos.

6. Y como movimiento son hasta menos organizadas y menos atractivas, según lo que se entiende por la estructura pastoral dominante, auque en verdad, ellas demuestran una extraordinaria y efectiva organización de otro tipo.
En verdad, la articulación de las CEBs se fue estructurando en el proceso de las CEBs y no según algo que se haya preestablecido teóricamente. Fue la vida y las necesidades las que generaron las estructuras de las CEBs para mantener su continuidad, madurez y eficacia de su acción propia en la instancia que le corresponde (la base).

7. La expresión comunitaria de la Iglesia es parte de la Revelación del Nuevo Testamento (ver Hechos 2,42; Hechos 4, 36 etc.).

8. Hechos de los Apóstoles 11,19-30; 13, 1-3; 14, 26-28; 15,1-4. 30-40; 18,22-23.

9.”Fue dicho a los antiguos; yo, sin embargo les digo…” (como Jesús lo proclamaba frecuentemente).


(Trad. Eloy Ocampo Velasco)

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